Independiente logró una victoria apretada en el marcador y mucho más cómoda en el desarrollo, ante un Crucero del Norte que fue un duro rival hasta que se quedó con nueve hombres. El 2-1 final resultó corto por el juego que mostraron ambos equipos.

El partido arrancó bien para Independiente. Con la movilidad de Pisano y algunos toques de calidad de Montenegro le alcanzaba para desequilibrar el planteo de un equipo que hacía 22 partidos que no ganaba fuera de Misiones y que llegó a Buenos Aires en la madrugada luego de un larguísimo viaje en micro. Y para rubricar ese dominio, Pisano convirtió un golazo, con una notable maniobra por la derecha y un tremendo zurdazo con comba al segundo palo, que se metió al ángulo. El golazo del ex jugador de Chacarita significó una inyección de ánimo al conjunto de De Felippe, que en los minutos posteriores justificó la victoria parcial y tuvo algunas ocasiones para aumentar la diferencia.

Sin embargo, cuando nada lo hacía prever, una desinteligencia defensiva le sirvió el gol del empate a la visita. Un pelotazo largo sin destino le cayó justo a Cólzera, que habilitó de primera a Bruno. Entre los dos centrales, el ex volante rojo se filtró sin inconvenientes y definió cruzado ante el achique de Rodríguez. Era injusto por lo que habían mostrado los dos, pero el impacto fue demasiado grande para Independiente, que dejó de manejar el partido como lo venía haciendo. Hasta el final del primer tiempo, el local lució confundido, lo que provocó el enojo de sus hinchas, que reprobaban el resultado.

El inicio de la segunda mitad marcó otra realidad. Independiente volvió a las fuentes y, a partir de la habilidad de Pisano, comenzó a inquietar de nuevo a Caffa. Por eso llegó al segundo gol, con una excelente maniobra colectiva que arrancó la figura de la cancha por la derecha con una apilada y el pase al medio para Zapata. De primera, el ex volante de All Boys cedió para Montenegro, que también jugó a un toque para Menéndez. Y con otro remate de primera, el delantero sometió a Caffa y adelantó a su equipo. Ese gol terminó de darle la serenidad que había perdido con el empate parcial de Crucero.

A partir de allí, Independiente dominó la escena y generó varias ocasiones para aumentar –Pisano casi repite el mismo gol del primer tiempo, pero el palo se lo impidió–. Sin embargo, falló en la última puntada y recién pudo cantar victoria con el pitazo final, por más que su rival, agotado y con dos hombres menos, ya no tenía ningún tipo de reacción.