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La final de los dos Papas tendrá asegurada la neutralidad celestial, por enfrentar al equipo del papa Francisco contra el del papa emérito Joseph Ratzinger. La debilidad por el fútbol de ambos es bien conocida. Ratzinger es socio de honor del Bayern Munich, que en 2013 le entregó el carnet número 100.000, y ha escrito, incluso, sobre los beneficios de este deporte. Jorge Bergoglio es un reconocido hincha de San Lorenzo de Almagro desde chico, ya que su padre jugó en el equipo de básquetbol del club de Boedo.

En 1985, el entonces cardenal Joseph Ratzinger publicó un artículo como parte del libro Suchen, was droben ist (Buscar lo de arriba) en el que destacaba la importancia de un Mundial, “un acontecimiento que cautiva a cientos de millones de personas” y describía el fútbol como “una especie de intento de vuelta al paraíso”.

Para Ratzinger, lo más importante de este deporte es que “une a través del objetivo común; el éxito y el fracaso de cada uno están cifrados en el éxito y el fracaso del conjunto”.

Por su parte, el papa Francisco utilizó el fútbol, durante su visita a Brasil en mayo, para explicar su mensaje religioso. “Sean protagonistas, jueguen para adelante, pateen para adelante, construyan un mundo mejor”, exhortó. Esta misma semana, Bergoglio reveló que “un funcionario brasileño” le había pedido “neutralidad” en el Mundial. Temía que el Papa intercediese por su selección y se coronase campeona, como ocurrió con San Lorenzo en el Torneo Inicial 2013. Algunas versiones sindicaban que ese “aficionado” era nada menos que la presidenta Dilma Rousseff...

Ahora, esa neutralidad parece garantizada, con Benedicto XVI y el papa Francisco. Tampoco discutirán ambos por las jugadas polémicas porque que vean la final juntos es algo “altamente improbable”, según dijo un portavoz del Vaticano.

En Brasilia, el cardenal brasileño Odilo Scherer dijo que está convencido de que el papa Francisco está “mucho más ansioso” frente a la final del Mundial que Ratzinger. “No tengo dudas de que el papa Francisco está mucho más ansioso e interesado, pues todos sabemos que es un gran seguidor del fútbol de su país”, dijo el cardenal. Los Mundiales “son siempre muy envolventes. El aspecto deportivo es interesante y en este caso hubo partidos de buen nivel y se creó una interacción bonita entre las hinchadas”, declaró Scherer.