Mientras el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, le ganaba cómodamente anoche al argentino Diego Schwartzman en su presentación en el Abierto de los Estados Unidos, el último Grand Slam de la temporada, el correntino Leonardo Mayer abrió exitosamente la jornada neoyorquina para el tenis argentino, imponiéndose al español Albert Montañés por 6-2, 3-0 y abandono, con lo que pasó a la segunda ronda del certamen.

Mayer, el argentino de mejor ranking en ausencia de Juan Martín Del Potro, terminó victorioso en el court 6 en sólo 39 minutos, al cabo de los cuales el catalán acusó un dolor en la muñeca derecha. El correntino, preclasificado número 23, se medirá en la segunda ronda con el ganador del duelo de hoy entre el australiano Matthew Ebden (94º) y el alemán Tobias Kamke (73º).

La primera ronda del Abierto de los Estados Unidos también reflejó las derrotas del tandilense Juan Mónaco (99º) y Facundo Bagnis (109º) ante el francés Jo-Wilfried Tsonga (10º) y el alemán Philipp Kohlschreiber (22º).

Mónaco cayó 3-6, 6-4, 6-7 y 1-6 tras dos horas y 45 minutos de juego ante el reciente ganador del Masters 1000 de Canadá. Con esta derrota, el argentino sumó la quinta derrota consecutiva frente a Tsonga en las cinco veces que se enfrentaron. En tanto, Bagnis perdió en sets corridos 2-6, 6-7, 3-6, luego de una hora y 38 minutos frente al alemán que ganó cinco títulos ATP en su carrera. Por su parte, la santafesina Paula Ormaechea (99ª) cayó ante la italiana Roberta Vinci (28ª) por 6-3 y 6-3 por la primera ronda del cuadro femenino.

En el último partido del primer día, en el court central, Schwartzman hacía su debut absoluto en el US Open. El argentino, de 22 años y 1,70 metro, eliminado en la qualy del 2013, había ingresado este año al cuadro principal del Grand Slam estadounidense de modo directo, por el ranking (79º) que alcanzó a partir de su consagración en los challengers de Aix-en-Provence (Francia) y Praga (República Checa).

Para Djokovic, finalista de los últimos cuatro años en Nueva York, el choque con el argentino representaba el primer paso en la pretensión de volver a ganar el trofeo en una edición que no contará, por lesión, al español Rafael Nadal, número dos del ranking mundial.