La nueva Meca del fútbol está naciendo en la India, un país de 1252 millones de habitantes (al 2013) y nula tradición en la materia. Consiste en una Súper Liga que se jugará dos meses, entre octubre y diciembre. Atraerá a figuras veteranas que habían dejado los pantalones cortos y volverán a jugar por unos cuantos billetes. Nuestro David Trezeguet fue el primer argentino (y hasta ahora el único) que se anotó, entre otros como el francés Robert Pires y el español Joan Capdevila, un ex campeón mundial. En este emprendimiento que evoca a la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos o la CSL de China, que no pasan de ser mediocres competencias, apostaron fuerte algunas corporaciones y estrellas surgidas de Bollywood, la pujante industria del cine en el país de las castas. El empresario Guillermo Tofoni tuvo una mala experiencia en Calcuta con un partido que organizó para la Selección nacional. Fue en 2011, cuando debutó Alejandro Sabella como técnico del subcampeón mundial. Por eso considera que “será muy difícil que les vaya bien”. Recuerda que la AFA cobró el canon pactado en doce cómodas cuotas (ver aparte).

El declamado propósito de la Súper Liga es revolucionar al anquilosado fútbol local. Sus organizadores pretenden sacarle al cricket una porción del mercado deportivo. Porque se trata de la disciplina más popular. Jugado por las elites cuando los ingleses lo introdujeron en la India, creció de manera descomunal. Al punto de que famosas figuras del cricket compraron ahora franquicias de equipos de fútbol. Aquel deporte vive salpicado por la corrupción. Es blanco predilecto de los sistemas de apuestas ilegales. Varios de sus jugadores terminaron arrestados o investigados entre 2013 y 2014 por arreglos de partidos.

Ocho clubes manejados por distintos socios capitalistas disputarán el torneo previsto para septiembre, pero que podría postergarse hasta mediados de octubre por problemas organizativos. Michel Dolan, presidente y CEO de IMG Reliance –que ya maneja el básquetbol indio–, uno de los mentores de la Súper Liga, dijo: “Estamos sumamente satisfechos con el nivel de interés que ha generado la creación de la Súper Liga de la India. Creemos que señala el comienzo de una nueva era en el desarrollo del fútbol en la India, y en el futuro será la fuente de gran orgullo para el pueblo indio”.

En la competencia proyectada son más famosos los futbolistas que sus equipos. Incluso, sus dueños. Además de Trezeguet y Pires, se sumará una docena de jugadores españoles. Como cada franquicia podrá contratar hasta siete extranjeros, se estima que la cantidad de foráneos llegará a 56. Los desconocidos futbolistas indios que serán distribuidos en los diferentes planteles surgieron de un draft, a imagen y semejanza de los que realiza la NBA. Entre los inversores que les pagarán un sueldo a todos están los famosos actores locales John Abraham, Ranbir Kapoor y Salman Khan. También el ídolo del cricket Sachin Tendulkar y el ex capitán del seleccionado indio, Sourav Ganguly. Estos personajes se asociaron a empresas de medios, cine y corporaciones diversificadas en el mundo financiero, la hotelería y restaurantes, como el Wadhawan Group, de la ciudad de Pune (la séptima del país), donde jugará Trezeguet.

La única excepción entre los clubes ignotos de la India es la franquicia Atlético Madrid Calcuta. Por medio de un consorcio de empresarios, los españoles apuestan a desarrollar su marca en el segundo país más poblado del planeta, como antes lo hicieron Manchester United o el Real Madrid en China. Se trata de ganar mercados. O de recaudar mediante el desplazamiento del cricket gracias al fútbol. Habrá que ver si el experimento funciona, sobre todo entre los más jóvenes. Los niños desamparados de la India son una porción considerable de los 62 millones de televidentes que siguieron las alternativas del último Mundial de Brasil, al menos hasta las semifinales. Pero esa cantidad apenas llega al 5 por ciento de la población total del país.

En la India, según cifras del Banco Mundial divulgadas en 2013, el 21,9 por ciento de sus habitantes vive en la pobreza: unos 275 millones de personas. El país había visto caer el valor de su moneda (la rupia) al nivel más bajo de su historia el año pasado, pero tras la elección del ministro Narendra Modi, en mayo último, sus variables económicas empezaron a mejorar. El país tiene estadísticas que abruman. Ya en 1998 había superado los mil millones de habitantes. Se hablan 16 idiomas en su territorio y, contra lo que podría suponerse en Occidente, la expectativa de vida de su población ronda los 66 años.

En ese contexto floreció la iniciativa de la Súper Liga, que el presidente de la asociación local, Praful Patel, definió así: “No hay un momento en la larga y orgullosa historia del fútbol de la India más emocionante que el actual. Con IMG Reliance y Star (una compañía de entretenimiento), que proporcionan la base perfecta, la Liga se ha convertido en una fuerza imparable que cambiará el fútbol indio. Espero que las obligaciones de base de las franquicias le den un gran impulso al desarrollo del fútbol. Junto con la infraestructura de clase mundial que se está creando para la Copa Mundial de la FIFA Sub 17 y la expresión de interés de la AIFF de celebrar la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2015 y 2016, el fútbol de la India está creando, sin duda, una nueva página en su historia”.

La efímera competencia de dos meses se había anunciado en 2012, se postergó en 2013 y en 2014 finalmente se concretará. Con clubes que representarán a Nueva Delhi, Calcuta, Bombay, Bangalore, Pune, Goa, Kochi y Guwahati, apunta a un mercado de miles de millones de personas. La nación 156º en el ranking de la FIFA, el “gigante dormido” del que hablara su presidente Joseph Blatter, hará su apuesta deportiva más importante asesorada por la consultora Ernst & Young y respaldada económicamente por un grupo de millonarios del cine y el cricket. Nadie puede hoy vaticinar un resultado. Esa religión llamada fútbol que recorre el mundo cautivando audiencias está lejos de ser una vaca sagrada en la India.