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Pasaron 34 años de aquella colonia de vacaciones gratuita a la que iban hasta 2000 pibes. A Boca llegaba Diego Maradona para jugar la temporada de 1981 desde Argentinos Juniors y el presidente era Martín Benito Noel, dueño de una famosa fábrica de dulces que llevaba su apellido. La contratación millonaria del mejor jugador de la historia que tuvo el club podía ser compatible con un proyecto que reparaba en lo social, casi invisibilizado. No había que ser socio para usar la pileta y disfrutar del verano en las instalaciones pegadas a la Bombonera. Hoy la realidad es muy distinta. Acceder a esos servicios cuesta 6400 pesos los meses de enero y febrero si un chico está asociado y 7200 si no tiene carnet. Esas tarifas demuestran que Boca es la institución más cara del fútbol argentino si se la compara con todas las que jugarán el kilométrico torneo de Primera División de 30 equipos. Un par de datos lo reafirma: River cobra 4060 pesos la temporada e Independiente, que tiene la tarifa más barata entre los clubes grandes, apenas 1820 pesos.

Los números y porcentajes forman parte de una investigación que realizó Boca es Pueblo, que se define como “una organización de hinchas que luchamos por lograr un cambio de raíz en la conducción del club”. Alejada del poder mafioso de la Doce y sus prebendas, organiza bingos solidarios, talleres de apoyo escolar y está integrada por varios estudiantes universitarios. Hasta en sus comunicados pueden leerse citas de Sartre. Una rareza en el ambiente futbolero que la rodea.

Consultado uno de los más altos dirigentes del club, el vicepresidente 1º, Oscar Moscariello, dijo que “Boca da becas a chicos del barrio que van gratis a la colonia de vacaciones. Yo pedí para entregarlas y me las dieron. Además, en la fiesta solidaria anual todas las donaciones que se consiguen son para dar apoyo social”. La responsabilidad de la colonia es del vocal titular Oscar Ríos, de quien dependen –según el vice 1º– todos los deportes del club, con la excepción del fútbol y el básquetbol. También la pileta y otras instalaciones están bajo la tutela del Departamento de Educación Física que preside aquél hace varios años.

Ríos tuvo su momento de triste celebridad cuando era funcionario del gobierno de Mauricio Macri. Como responsable de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) prefirió estar en una reunión de comisión directiva para votar en contra de un contrato en dólares que se le iba a extender a Riquelme, en lugar de hacerse presente cuando se derrumbó un gimnasio de Villa Urquiza en agosto de 2010, donde hubo tres muertes. Los dos hechos fueron casi simultáneos. Después de lo que pasó fue eyectado del cargo que ocupaba en la Ciudad, pero no del club, donde continúa hasta hoy.

La colonia de vacaciones boquense aumentó de 2014 a este año un 56,1 por ciento y si se comparan esos valores con la inflación calculada por el mismo gobierno porteño, aquélla ascendía en noviembre último al 39 por ciento. Ni siquiera este índice justifica semejante suba. Pero lo que más ilustra la política social del club que preside el empresario de los juegos de azar, Daniel Angelici, es el cuadro comparativo con las colonias que ofrecen las demás instituciones de fútbol, tanto de la Ciudad como del Gran Buenos Aires, La Plata, Santa Fe, Rosario y todas aquellas ciudades donde hay equipos de Primera División.

Gimnasia y Estudiantes de La Plata, los clubes con las colonias de vacaciones más caras detrás de Boca, cobran 5400 y 5080 pesos la temporada. Recién en el cuarto lugar de la gráfica que aportó la organización de hinchas boquenses, River recauda 4060 pesos por chico, un 36,5 por ciento menos. En orden decreciente de precios se ubican Argentinos, Sarmiento de Junín e instituciones tomadas a menudo como modelo por su compromiso social: Vélez ofrece el servicio por 3450 pesos y Lanús por 3120 por temporada. Otros clubes grandes, como Racing (3190 pesos), San Lorenzo (2800), Huracán (2200) y el ya mencionado caso de Independiente (1820) están por debajo de Boca en la escala de valores.

Si se compara con las del interior del país, las diferencias todavía son más notables. Godoy Cruz cobra 3000 pesos por los meses de enero y febrero, Atlético Rafaela 2950, Unión 2700 (sólo turno mañana) y Aldosivi 2160 por el turno matutino y con el desayuno incluido. Newell’s y Rosario Central que también sólo cuentan con colonia por las mañanas, son los que ofrecen el servicio más económico entre todos los clubes de Primera: 1300 y 1240 pesos, respectivamente. O dicho de otro modo, un 79,5 por ciento y 80,5 por ciento menos que Boca.

“Uno de los motivos por los cuales la colonia de vacaciones es la más cara del país es porque incluye el almuerzo brindado a los chicos en la confitería 1905, concesionada a una empresa privada en 2010 durante la gestión de Ameal”, informa la organización de hinchas que además apunta: “No se permite mandar a nuestros chicos con vianda, por ejemplo”. Asimismo, denuncia que la confitería facturaría por los almuerzos –si estuvieran todos los cupos cubiertos de la colonia– “un total de 216 mil pesos”.

En Boca es Pueblo afirman que el valor de la colonia “es elevado, pero lo es más al contextualizarlo, al considerar que el club que la brinda se encuentra situado en uno de los barrios más carenciados de la Ciudad de Buenos Aires”. La Boca se ubica dentro de la llamada Comuna 4 (que incluye, además, a Barracas, Parque Patricios y Pompeya), y que en 2010 concentraba el mayor porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas luego de la Comuna 1 (que contiene a la Villa 31). “Que un club en un barrio con necesidades como La Boca les cierre las puertas a sus hijos no sólo resulta inmoral, sino que se vuelve directamente violento. Es inadmisible que nuestra institución muestre indiferencia ante la constante presencia en la calle de los chicos de nuestro barrio, a los que, con muy poco, simplemente abriéndoles sus instalaciones, podría solucionarles mucho, como contribuir a su futuro mediante su desarrollo personal, la recreación, el deporte, la vida sana”, denuncia la organización que no es la primera vez que cuestiona “casi dos décadas de las diversas dirigencias macristas”.

Boca es Pueblo se perfila muy desde abajo como una presencia incompatible con la barra brava. Sus objetivos son otros: es crítica de la comisión directiva que encabeza Angelici y no su aliada para conseguir beneficios, está contra la mercantilización del club en todos sus rubros y denuncia los chanchullos, apunta a que entren a la Bombonera los hinchas antes que los turistas, analiza los balances y discute en las asambleas. Es una bocanada de aire fresco que debería seguir soplando como una forma de organizarse para mejorar los clubes desde adentro.