Tres victorias en tres semanas para la posibilidad de un triplete que hasta principios de año se presentaba como una quimera. Ese es el mejor escenario para el Barcelona de Luis Enrique, que creció desde la convicción, la calidad física y la descomunal actuación de su trío de delanteros: Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar.

Pocas delanteras en la historia del fútbol pueden presumir de haber marcado 114 goles en una temporada. Con esas cifras, el Barça aspira a todo. La Liga la tiene a una victoria –o a menos, si el Real Madrid no gana su partido de este fin de semana ante el Espanyol–, la final de la Copa del Rey la afrontará en el Camp Nou y ya tiene rival para la final de la Champions en Berlín.

Messi marcó 53 goles desde el inicio de la temporada, Neymar 37 y Suárez, a pesar de empezar a jugar en octubre, ya suma 24. Además, entre los tres han repartido 57 asistencias y en lo que a la Champions se refiere, ellos han fabricado o anotado 25 de los 28 goles que el Barcelona ha conseguido en Europa.

El rosarino disputó 17 finales con el Barcelona: en 13 de ellas festejó un título, dos de ellas de Champions League (2009 y 2011) y otras dos del Mundial de Clubes (en esos mismos años). Sólo perdió dos definiciones de Copa del Rey, una Supercopa de España y una Supercopa europea.

Entre el 17 de mayo y el 6 de junio, en 21 días, el Barcelona se jugará un título por semana, una situación inmejorable y en la que pocos barceloneses podrían soñar a principios de año, cuando el equipo acababa de perder con la Real Sociedad y el presidente Josep Maria Bartomeu tomó decisiones profundas.

Prescindió del director deportivo, Andoni Zubizarreta, anunció convocatoria electoral para el verano, reprendió a Luis Enrique y se reunió con Messi para apagar el conato de incendio existente. Ahora todo va de primera. El Barça está triunfando sin el director técnico que construyó el equipo, que se decidió por la pareja de arqueros que tan buenos resultados está dando, que contrató a Luis Enrique y que apostó por Luis Suárez.

El equipo desarrolló una trayectoria demoledora. En lo físico, los futbolistas están muy finos, perfectos en la preparación y atentos en la recuperación, sin que el entrenador pudiera imponer una política de rotaciones que seguramente hubiera querido, especialmente en el trío de delanteros. Tras clasificarse para la final de la Champions, Luis Enrique prometió que cuando acabe la temporada hablará “de todas las circunstancias”.

A fines de mayo, el Barça está en todos los frentes. “Disfruta”, le dijo Guardiola a Luis Enrique tras el partido de Munich y eso es lo que intentará el asturiano en las próximas tres semanas. Sobre todo porque la alegría por el pase a la final quedó empañada por la decisión que tomó ayer la Justicia española, de juzgar al Barcelona y sus dos últimos presidentes, Sandro Rosell y Josep María Bartomeu, acusados de fraude fiscal en la contratación de Neymar.

La Justicia entiende que el costo del astro brasileño habría ascendido “cuanto menos” a 83,3 millones de euros por diversas circunstancias y considera “indiciariamente acreditado” que tanto Rosell, que inició la negociación, y Bartomeu sabían que “el coste de la adquisición o fichaje del jugador Neymar superaría” la cifra de los 57 millones de euros reconocidos por el club.