DEPORTES › LA ESTRATEGIA DEL EMPRESARIO SI CONSIGUE CONVERTIRSE EN PRESIDENTE DE LA AFA

Todo pasa, pero llega Tinelli

El conductor televisivo tiene el proyecto de una entidad glamorosa, mediática y sujeta a las leyes del marketing. Contará con el respaldo de dos peso pesados como Héctor Magnetto y Cristóbal López, y toda su maquinaria atrás.

 Por Gustavo Veiga

La credibilidad de la AFA viene en frasco chico desde hace décadas. Marcelo Tinelli quiere sacarla de ese envase, empecinado como está en postularse a su presidencia. ¿Podrá? Para empezar, su campaña arrancó mal. Dijo que cuando no tienen claro “dónde va el dinero, no es fácil”, pero ya había nombrado a ocho periodistas en el área de Prensa y Comunicación de la asociación con sueldos muy altos. Anunció en su conferencia del martes que no le interesa “la política nacional”, aunque en un documento promocional de 65 carillas que les entregó a los dirigentes aseguró que cuenta con “el absoluto respaldo de las tres fuerzas políticas mayoritarias de nuestro país, y de los tres principales candidatos a la presidencia de la Nación: Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa”. Reivindicó a Julio Grondona como “un generador de recursos muy importante que llegó a ser vice de la FIFA”, y perdió de vista que ese cargo lo alcanzó en la casa matriz de la corrupción que preside Joseph Blatter. “Si algo debe aportar una nueva gestión en la AFA es transparencia”, apuntó sin sonrojarse. Y allí va, con su doctrina del destino manifiesto made in USA a colonizar el fútbol nacional. ¿Cómo lo hizo en la televisión? Ya sabemos.

En los días posteriores al acuerdo que le permitió a Tinelli legitimar su candidatura, se percibió –y se percibe– un uniforme silencio stampa que la convalida. En parte, como un hecho que parecía irremediable. Y en parte también, como la expectativa de que algo distinto, acaso transformador, se está cocinando en sus oficinas. Los dirigentes que lo cuestionaban le dieron la bienvenida. Algunos fijándole límites, como Hugo Moyano, el presidente de Independiente. Otros como José Lemme, su par de Defensa y Justicia, se pasaron sin disimular del grondonismo residual al tinellismo. Hubo quienes se llamaron a un estratégico silencio como el presidente de Racing, Víctor Blanco. Y aquellos que aclararon antes de que oscurezca, como el vice de Arsenal y secretario general de la AFA, Miguel Silva: “Nadie se unió a Tinelli por miedo”, se justificó.

El promotor televisivo de los culos danzantes y las parodias a los candidatos presidenciales, va por un proyecto de AFA glamorosa, mediática y sujeta a las leyes del marketing, pero no va solo. Lo acompañan –al menos eso puede desprenderse de sus relaciones empresariales– dos pesos pesado como Héctor Magnetto y Cristóbal López. Buque insignia del primero en Artear, socio minoritario del segundo en Ideas del Sur y producido por ambos en su programa ShowMatch.

El gobierno nacional acompañó el desembarco de Tinelli en la AFA a prudente distancia, dejándolo hacer su jugada: “Es el vicepresidente de un club y creo que están dadas las condiciones para que lo haga”, dijo el jefe de Gabinete Aníbal Fernández el miércoles pasado. En abril había sostenido lo contrario: “Tinelli no puede porque no reúne las condiciones del reglamento para poder serlo”.

El cambio de postura no fue solo de Fernández. Después de un dictamen adverso de la asesoría letrada de la AFA contra la postulación del presentador televisivo, se hizo masivo. Hubo una negociación entre las partes, representadas por el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens y el de Barracas Central, Claudio “Chiqui” Tapia. Este último es el yerno de Hugo Moyano y lidera un núcleo duro de dirigentes del Ascenso que se oponían –aunque no se sabe si continuarán oponiéndose– a la forma en que Tinelli pretende manejar la AFA.

En los días previos, y durante una reunión en un bar, Noray Nakis, vicepresidente de Independiente, pero además histórico dirigente del Deportivo Armenio, había argumentado: “Si Tinelli quiere que lo votemos nos tiene que dar una vicepresidencia y la secretaría general de la AFA”. Lo decía en representación de los clubes del Ascenso. Tapia ocupa ahora el primer cargo y Silva –un estrecho colaborador de Grondona– sigue en la secretaría. A Tinelli le inventaron la vicepresidencia tercera. Uno de sus principales respaldos para llegar hasta ahí fue el del tesorero de la AFA y presidente de Banfield, Eduardo Spinosa. Lo elogió todas las veces que pudo. Este joven contador acompañó en 2011 un intento frustrado del empresario uruguayo Paco Casal, para meterse en el mercado argentino de los derechos televisivos del fútbol. Aquel que en su país lidera un monopolio privado.

Las únicas críticas que un dirigente sostuvo contra el conductor de ShowMatch fueron de Armando Pérez, el presidente de Belgrano: “Me parece que lo de Tinelli ya está cocinado. Pareciera que esto que pasó en AFA es más de lo mismo. Escondemos todo y aparece alguien que nos va a salvar”. Moyano, su adversario mayor en esta disputa, le habría mandado a decir que él está dispuesto a enfrentarlo en las elecciones de marzo próximo. A esta altura queda claro el rol testimonial de Luis Segura, el actual presidente, quien todavía se ilusiona con seguir en el cargo pero no tiene suficientes apoyos para lograrlo. De la unanimidad del 50 a 0 con que arribó al poder en octubre de 2014 queda poco y nada.

La situación económica de la AFA no es tan grave como se la describe desde las usinas tinellistas, o al menos no es comparable con la que soportan muchos de sus clubes afiliados. En la asociación es usual que los sueldos se paguen el último día del mes. En julio se atrasaron una semana y en agosto casi se volvió a la normalidad. En muchas instituciones los retrasos llegan a meses. Lammens alentó la posibilidad de un default si el Gobierno no paga los fondos del Fútbol para Todos, pero Segura lo desmintió.

Los datos económicos más recientes de la AFA contradicen un eventual derrumbe: el balance del ejercicio económico entre el 1/7/2013 y el 30/6/2014 cerró con un superávit de 6.721.878,12 pesos. El ciclo anterior había ganado 4.458.848,35. Al resultado contable del 2014, hay que agregarle el dinero que ingresó a la tesorería por haber llegado a la final del Mundial de Brasil: 25 millones de dólares. El pasivo sí aumentó de 954 millones a 1481 millones de pesos. Las cifras superavitarias chocan con la realidad calamitosa de muchos clubes. “Están mal, ni siquiera pueden pagar sus obligaciones o juicios con sentencia firme en los que incumplieron acuerdos”, le dijo a Página/12 una fuente de la Asociación.

Los pasillos de la AFA son un hervidero de rumores que Umberto Eco definiría como “apocalípticos e integrados” a la política que pretende desarrollar Tinelli. O sea, cuanto peor se hable de la situación del fútbol, penetrará más el discurso del empresario.

Se dice que el contrato por el cual la empresa Santa Mónica maneja los sponsors de la Selección Nacional corre peligro; que el de los derechos televisivos para el exterior será revisado; que rodarán cabezas puertas adentro; que Gimnasia y Esgrima La Plata recibió presiones para cambiar su voto bajo la amenaza de que perdería un importante auspiciante oficial; que Tinelli negoció con sus detractores porque no tenía los votos suficientes que declamaba y que a partir de la nueva interpretación del estatuto de la AFA, podrá presentarse como candidato a presidente el vocal de un club de Calamuchita. ¡Bienvenido sea!

La pretensión del conductor de TV de sentarse en el sillón que Grondona ocupó durante 35 años no es un joda para VideoMatch. Es una forma de concebir poder y crear nuevas unidades de negocios en un fútbol que busca su redentor, después de cuatro décadas de calma chicha bajo el influjo de un anillo profético. Todo pasa, pero llega Tinelli.

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Tinelli logró llevar a San Lorenzo a los primeros planos del fútbol nacional e internacional.
Imagen: DyN
 
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