Miércoles, 16 de diciembre de 2015 | Hoy
DEPORTES › MILES DE HINCHAS PROTAGONIZARON UN BANDERAZO PARA ALENTAR AL EQUIPO
La ciudad de Osaka asistió en la noche de ayer a una manifestación de pasión futbolera seguramente muy pocas veces vista por sus habitantes. “Es impresionante, increíble lo de la gente”, se emocionó Marcelo Gallardo.
Muchos de ellos lloraban de tristeza y rompían sus carnets de socio hace sólo cuatro años, pero hoy inundan de alegría las calles de Osaka, adonde llegaron de a miles con la ilusión de ver a River campeón del Mundial de Clubes.
En los últimos días, cerca de diez mil hinchas del equipo de Núñez llegaron hasta la ciudad portuaria japonesa con el deseo de que el club de sus amores derrote al Sanfrecce Hiroshima para luego enfrentar, en una hipotética final, al poderoso Barcelona de Lionel Messi. Las calles de Osaka se vieron invadidas por camisetas y camperas rojiblancas, banderas y cantos de aliento de los hinchas riverplatenses, quienes en junio de 2011 sufrieron una verdadera pesadilla, cuando vieron cómo su equipo descendía a la Segunda División, uno de los hitos más impactantes de la historia del fútbol argentino.
Ese día, miles de simpatizantes salieron a las calles a llorar, descargar su rabia y llenar de tristeza y piedrazos Buenos Aires, la antítesis perfecta de lo que se vive en Osaka.
“Es impresionante, increíble lo de la gente. El hincha está ilusionado como nosotros, con ese espíritu tan pasional”, dijo el entrenador Marcelo Gallardo en relación con la impresionante presencia de su gente. “Hay que disfrutarlo porque no pasa todos los días y darle el valor necesario para representar muy bien a la gente. Es muy emotivo lo que vamos vivir”, completó, dejando en claro la enorme importancia que tiene tanto para el equipo como para su gente disputar el torneo.
Durante todo el día de ayer los habitantes de Osaka, la tercera ciudad en importancia de Japón, se vieron sorprendidos por la irrupción del público riverplatense, que anhela obtener un trofeo intercontinental que su equipo ya levantó en 1986 cuando derrotó en Japón a Steaua Bucarest, de Rumania.
Por espacio de unas dos horas, cuando ya había caído la noche en la ciudad, unos 4000 simpatizantes se aglomeraron con sus banderas sobre una de las calles principales, cerca del centro financiero, para cantar y alentar por el equipo argentino.
La llegada a la dirección técnica de Marcelo Gallardo en junio de 2014 le devolvió al equipo parte de su gloria de antaño, obteniendo de forma consecutiva la Copa Sudamericana (2014), la Recopa (2015) y la Copa Libertadores (2015).
Los fanáticos de River no llegaron sólo desde Argentina, sino desde los más diversos rincones del planeta. “Vinimos desde Tel Aviv vía Moscú, somos unos 25 hinchas que formamos parte de la filial de River en Israel”, contó Julio Viktor, un empleado bancario que vive en el norte de la capital israelí.
“En Tel Aviv nos juntamos a ver los partidos y a comer asados. Somos más de 80. Cuando el equipo ganó la Libertadores empezamos a ahorrar y acá estamos. Nos hicimos unos buzos blancos con la leyenda ‘Desde Israel a Japón’”, agregó. Si River se corona el domingo, todo hincha de River habrá completado otro viaje, el viaje interior que va de la tristeza al éxtasis.
En busca de alcanzar ese sueño, el primer paso deberá darlo esta mañana (o tarde japonesa) ante Sanfrecce Hiroshima. Los encargados serán: Barovero; Mercado, Maidana, Balanta, Vangoni; C. Sánchez, Kranevitter, Ponzio; Pisculichi; Mora, Alario.
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