Central arrancó su participación en los cuartos de final de la Copa Libertadores con un triunfo por 1-0 ante Atlético Nacional. Con esa ventaja mínima irá la semana que viene a Colombia a buscar el pase a las semifinales.

Desde el arranque, el equipo de Coudet mostró sus cartas: presión sobre la salida del visitante y no dejar que ningún jugador recibiera con comodidad. Esa disposición le rindió dividendos rápido. Iban apenas cinco minutos y Central se puso en ventaja, con un golazo de Montoya. El volante cortó una salida por izquierda, levantó la cabeza y metió el derechazo, que entró por la espalda de Armani.

De a poco, el conjunto de Rueda empezó a encontrar los espacios y los tiempos para imponer su esquema de pelota a ras del piso y búsqueda por las puntas. Así tuvo dos llegadas para igualar. La primera la salvó Alvarez ante Copete, a los 24 minutos, y la segunda fue una buena intervención de Burgos ante Guerra para rechazar tras una salida fallida de Sosa. A esa altura, Atlético Nacional era dueño del juego, hacía correr la pelota y a los hombres de Central. Acumuló llegadas, pero no pudo empatar. Superados, los locales defendieron el 1-0, esperando la oportunidad de enhebrar algún contragolpe, como aquel que definió Herrera en tiempo de descuento y que exigió el manotazo salvador de Armani.

Durante el complemento, Central prevaleció en el desarrollo porque logró cortar los circuitos del visitante. Con ese objetivo cumplido, con presión e intensidad, llegó una y otra vez, haciendo determinante el trabajo de Armani, quien salvó por tres veces su arco en una misma jugada, manoteando el remate alto de Montoya, el disparo de Ruben en el rebote y otra vez ante Montoya. Más tarde, el uno visitante tuvo como aliado el travesaño, donde rebotó el envío de Herrera. El visitante también fabricó sus chances, pero en menor cantidad que en la primera etapa, y en las mejores apareció Sosa para conjurar el peligro. Fueron los arqueros los responsables de que la noche rosarina tuviera sólo un gol.