DEPORTES › LEONARDO MADELON, TECNICO DE CHICAGO

“El fútbol es espectáculo si se logran resultados”

El entrenador del conjunto revelación del Torneo Clausura se mete en la polémica de moda del fútbol argentino y da una visión muy pragmática de la cuestión. No quiere que lo encasillen y asegura que si salva a su equipo del descenso será como ganar el campeonato.

Cuando se hizo cargo de la dirección técnica de Chicago, a principios de año, tomó en sus manos una verdadera brasa caliente: el equipo venía de salir último en el torneo Apertura 2003, tenía el promedio de puntos más bajo de la categoría y dos entrenadores (Alberto Márcico y Patricio Hernández) se habían alejado en menos de seis meses por los malos resultados. Sin embargo, Leonardo Carol Madelón no se amedrentó ante esta complicada situación y, junto con sus dirigidos, se propuso cambiar la pobre imagen de este conjunto que parecía condenado en forma inexorable al descenso. Tras seis partidos en el Clausura, Chicago está invicto, y si bien permanece todavía en zona de descenso directo, engordó su promedio y juega ahora con el oficio de un equipo sólido que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo.
Horas después del valioso empate logrado frente a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, el entrenador concedió una entrevista a Página/12 en la cual señaló que “el fútbol es un espectáculo, que se juega para la gente, pero hay que conseguir resultados, pues de la estética no se puede vivir”. Aseguró además que “salvar a Chicago del descenso será como ganar un campeonato” y que la mejor forma de obtener resultados con un plantel es “hacerse amigo de los jugadores y tratarlos con mucho respeto”.
–¿Cree que ante San Lorenzo, Chicago jugó bien?
–Supimos aguantar y no nos entregamos. Tuvimos aciertos y errores y algo de suerte, que en este deporte es fundamental.
–Cuando llegó a Chicago la situación deportiva era muy complicada. ¿Qué lo llevó a asumir esa responsabilidad?
–Necesitaba trabajar como entrenador en la Primera División y obtener un logro importante. Dirigí en la B Nacional, en El Porvenir, y durante un breve lapso en Unión, ante de que descendiera, pero quería prestigiarme y creo que ayudar a que Chicago permanezca en Primera es una buena forma de hacerlo. Lograrlo será como ganar un campeonato. Además conocía a varios de los jugadores que tiene este plantel y creía que podían dar mucho más de lo que ofrecieron en los primeros seis meses del año, y bueno, acá estoy.
–¿Cuánto mérito tiene usted y cuánto los jugadores en el repunte que Chicago experimentó en el Clausura?
–El mérito principal siempre corresponde a los jugadores. Son ellos los que ganan partidos y los que resuelven en los momentos cruciales. Los que salen a la cancha a jugar, en definitiva, son ellos, los protagonistas. El entrenador puede ser importante en función del trabajo y de algunas decisiones que se toman durante los partidos, pero su participación en la suerte de un encuentro es ínfima comparada con lo que debe hacer el jugador.
–¿Se animaría a establecer un porcentaje sobre la importancia del jugador y la del técnico para el éxito de un equipo?
–Creo que durante la semana el entrenador tiene un 95 por ciento de importancia y en los días de partido el porcentaje se invierte en favor del jugador, por todo esto que señalaba antes.
–¿Pero qué es exactamente el trabajo de la semana? ¿No es una de las tantas frases hechas que posee el fútbol?
–Lo que quiero expresar es que hay aspectos tácticos, posicionales, e incluso técnicos, que se pueden trabajar para buscar mejores rendimientos colectivos e individuales. Se trata de eso. Uno es un entrenador, no un científico. Eso lo tengo claro. En cuanto a los partidos, creo que la verdadera forma de influir en el desarrollo de un partido que tiene un entrenador son los cambios y las charlas durante el entretiempo. No soy de los entrenadores que les gritan a sus jugadores y se la pasan gesticulando. Todo eso, para lo único que sirve es para confundir al jugador, más que para ayudarlo.
–Al empezar su gestión usted habló que pretendía conseguir un equipo que estuviera ordenado como si fuera una casa bien construida, donde cadacosa estuviera en su lugar. Menotti dijo alguna vez algo parecido. ¿Se siente identificado con su filosofía del juego?
–Tengo un gran respeto por el Flaco y por todo lo que él hizo por el fútbol argentino, pero no me siento un menottista. Esa frase se la robé para describir lo que pretendo de un equipo que está en una situación tan complicada como la que atraviesa Chicago, que debe darle importancia al orden en todas sus líneas y donde cada jugador debe saber asumir un rol, sobre todo cuando el equipo tiene que recuperar la pelota. Pero después, el jugador debe tener un panorama muy amplio para poder resolver en función de sus condiciones.
–Quedó clara cuál es su visión sobre Menotti. ¿Qué le gusta de Bilardo?
–La gran contribución de Bilardo al fútbol argentino fue aquella gran Selección Argentina que disputó el Mundial de México. Fue un gran equipo y él tuvo mucho que ver para que aquel equipo jugara de esa forma tan brillante. Pero no me enrolo en ningún bando. La pelea entre Menotti y Bilardo obedece más a una cuestión personal que filosófica.
–¿Qué es para usted jugar bien al fútbol?
–Básicamente, tener un libreto y saber interpretarlo. Si los jugadores pueden explotar sus cualidades técnicas, mejor. Es decir, tener el control de un partido, más que el control de la pelota. Para mí, la historia pasa por ahí. Jugar bien no es tirar gambetas y caños para el lucimiento personal. Eso no es jugar bien; es jugar lindo, que es otra cosa.
–¿Qué opinión tiene del fútbol espectáculo?
–El fútbol es un espectáculo si se consiguen resultados. Se juega para la gente y el jugador debe tratar de explotar al máximo sus condiciones técnicas. ¿Pero para qué sirve tirar gambetas y hacer lujos si no se puede definir un partido para ganarlo? En el fútbol hay una faceta estética, no reniego de ella, pero si no hay resultados, con eso no se puede vivir.
–¿Cómo es su relación con los jugadores?
–Trato de construir un vínculo basado en la confianza y el respeto. Trato de ser amigo de los jugadores. Creo que si sobre la base de una buena relación es más fácil obtener resultados. El rigor no sirve para nada.
–¿Es una persona creyente?
–Sí. Pero no soy muy practicante.
–¿Le pide a Dios para que Chicago se salve del descenso?
–Le pido que me ilumine para ser una persona mejor. Lo más debe venir por añadidura.

Entrevista: Leonardo Castillo.

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