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Por Carlos Werd
Desde Chiclayo

No estuvo certero en el primer tiempo, pero en el segundo ajustó el objetivo y disparó con su precisión acostumbrada. Mortales fueron esas tres balas de Javier Saviola, figura excluyente de una jornada inaugural del Grupo B de la Copa América, que quedará en su recuerdo por haber anotado sus primeros tantos oficiales con la camiseta albiceleste y el primer triplete de la era de Marcelo Bielsa.
Aunque su humildad no le permita reconocerlo, para el delantero del Barcelona español la goleada 6-1 ante Ecuador fue una dulce revancha. Debe haber pocos jugadores en el mundo que, con la capacidad que brota del argentino para caminar por el área como si fuera el patio de su casa, no sean indiscutibles en sus equipos y selecciones, como le pasa a este jugador de 22 años.
“No necesitaba este partido para demostrar mis condiciones. Yo tuve paciencia, esperé mi oportunidad y hoy estoy contento por eso, porque más allá de mis tres goles el equipo jugó bien y logró un resultado que nos llena de confianza”, admitió.
Saviola se ha graduado en esto de hacer largos viajes para concentrarse con la Selección Argentina y posteriormente no ser alineado entre los titulares y apenas disputar un puñado de minutos, o ni siquiera jugar.
Pero él se lo toma con calma. “Yo adopté la postura de la paciencia. Sé que armando una polémica, o quejándome, las cosas te salen en contra. Entendí que tenía que esperar mi momento cuando las cosas no estaban tan bien y ahora siento que tengo un recompensa por esa espera”, señaló.
Según el futbolista, el momento actual de la Selección es “más accesible, con un grupo que está en una etapa de recambio, que tiene nombres distintos”.
Tampoco se manifiesta sorprendido por la innumerable cantidad de delanteros que se mencionan para llegar al Barcelona, en el que está hace casi tres años y medio. “Ya me acostumbré a esa situación. En el Barcelona me conocen bien y saben lo que puedo dar, y por otro lado es normal que en los mejores equipos del mundo siempre haya contrataciones de calidad y que lleguen jugadores permanentemente”, aseguró.
“Ahora tengo la mente puesta en la Selección y después, cuando regrese a España, veré cómo está la cosa”, apuntó en referencia a un asunto que le interesa pero no parece quitarle el sueño, el que sí habrá perdido anoche repasando sus goles en la fría jornada de la ciudad peruana de Chiclayo. No había resuelto bien en el primer tiempo. Sin embargo, se mantuvo concentrado, atento, dinámico y encontró su chance justo cuando Ecuador había logrado un inmerecido empate. Allí apareció Saviola: primero para desairar a tres ecuatorianos y definir con un zurdazo a un rincón, después para marcar de cabeza pese a su 1,68 de estatura y más tarde para enviar la pelota a la red de rebote, bien a lo goleador.
“No siento la presión de marcar goles. Sólo los disfruto y más en una noche redonda como la de ayer”, concluyó el delantero que esperó, que tuvo paciencia y que respondió a lo grande en una noche soñada.