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Jugando a media máquina, y casi sin despeinarse, la Selección Argentina sumó su segundo triunfo en los Juegos Olímpicos al derrotar a Túnez por 2-0, y de esta forma se aseguró un lugar en los cuartos de final. Con goles de Carlos Tevez y Javier Saviola –uno en cada tiempo–, el equipo de Bielsa dio una auténtica exhibición de sobriedad y solvencia para ratificar su condición de candidato a la obtención del oro olímpico, el único título que le falta ganar al fútbol nacional. El próximo martes, Argentina deberá definir el primer lugar del grupo C ante Australia, que ayer goleó por 5-1 a Serbia y Montenegro.
Desde el comienzo, Argentina asumió el protagonismo del encuentro ante un adversario que se retrasó y apostó al orden defensivo con el claro propósito de sumar un punto. Con dos líneas de cuatro y una marca férrea, que por momentos se tornó violenta, los africanos trataron de contener el juego de los hombres más creativos del equipo nacional. Tevez se mostró muy activo en la búsqueda de la pelota, al igual que Rosales y Delgado, quienes con sus desbordes fueron permanentes generadores de peligro en área adversaria.
Pero además, la Selección contó a su favor con una gran cualidad que le permitió vulnerar el esquema tunecino: la paciencia. A pesar de haber malogrado algunas oportunidades claras de gol, los dirigidos de Bielsa no entraron nunca en la desesperación. Un remate de Cristian González en la cara externa de la red, un cabezazo fallido de Ayala y una acción personal de Tevez habían sido las chances de gol más claras que había generado elconjunto argentino. Hasta que a los 39 minutos, Tevez, con una palomita, vulneró el arco defendido por Fadhel, después de un centro que Cristian González envió desde la izquierda. Ese tanto sepultó las esperanzas de Túnez y facilitó las cosas para Argentina, que parecía tener el desarrollo del partido servido en bandeja.
Pero ni aun en desventaja, los tunecinos abandonaron su planteo conservador. Siguieron esperando y, con los mismos argumentos de la primera etapa, apostaron a evitar la goleada. El equipo de Bielsa reguló un poco más el ritmo y ejerció una clara presión táctica con el propósito de forzar errores en los africanos. Finalmente, la anunciada ampliación nació de un encuentro entre Mariano González y Javier Saviola, dos jugadores que ingresaron en el segundo tiempo. El ex jugador de Racing encaró por el centro, ensayó una pisada fantástica y asistió con maestría al delantero del Barcelona, quien dentro del área y con el arquero enfrente no falló. La ambición argentina se mantuvo hasta el final y el tercer tanto estuvo cerca varias veces. Tal vez la más clara fue el mano a mano que Fadhel le tapó a Delgado, en tiempo adicional.
La Selección Argentina se quedó con una victoria inapelable, que construyó con argumentos muy sólidos ante un rival que, si bien fue una prueba más exigente de la que representó Serbia y Montenegro en el debut, no estuvo a su nivel. Con este triunfo, Argentina dejó en claro que el objetivo de alcanzar el primer lugar en el podio olímpico es una meta que no le queda grande.