EL PAíS
La derecha piensa en cruzar la General Paz
Hasta ahora era simple: Macri en Capital, López Murphy en la provincia. Pero las encuestas, la dura competencia en el ámbito porteño y nuevos cálculos pueden llevarlos a cambiarse.
Por José Natanson
Hasta ahora, la oferta de centroderecha para las elecciones del año que viene incluía la candidatura de Mauricio Macri en la Capital y la de Ricardo López Murphy en la provincia. Sin embargo, el competitivo escenario porteño y las encuestas que lo ubican en tercer lugar llevaron al presidente de Boca a revisar su estrategia inicial. Hoy no hay nada seguro, y los referentes conservadores podrían invertir sus planes, como si se miraran en un espejo: Macri podría cruzar la General Paz para probar suerte en la provincia, al tiempo que López Murphy no descarta candidatearse en la ciudad.
A la hora de evaluar los escenarios posibles, López Murphy preferiría presentarse en la provincia de Buenos Aires, donde nació y aún vive. Confía en que la potencia, aunque algo desgastada, de su figura, le permitirá conquistar a los votantes descontentos con el Gobierno y a los sectores antiperonistas, seduciendo al electorado radical concentrado en los partidos del norte del conurbano y el interior provincial. Considera que no tiene competidores de peso a la vista (el ARI postula a Marta Maffei y el radicalismo a Margarita Stolbizer) y está convencido de que se convertirá en el líder de la oposición al PJ. Una encuesta de Jorge Giacobe que maneja su equipo de campaña lo ubica detrás de Cristina Kirchner, superando cómodamente al resto de los candidatos.
En este contexto, el pase de López Murphy a la Capital es por ahora una posibilidad. “Lo más probable es que mantenga los planes originales, pero la disputa por la Capital también lo tienta. Sabe que la atención va a estar concentrada ahí, con (Elisa) Carrió y el candidato oficial peleando el primer puesto”, explican cerca del economista.
En realidad, el cambio está atado a los movimientos de Macri, cuya situación es mucho más complicada. Segundo en el ballottage porteño del año pasado, el empresario consiguió un bloque poderoso en la Legislatura que, aunque dividido, se anotó dos victorias no menores frente al ibarrismo: la designación del vicepresidente del cuerpo y la aprobación en general del Código de Convivencia.
Pero ahora las cosas no son tan sencillas, y con el paso de los días la posibilidad de una buena elección en la Capital parece cada vez más difícil. En primer lugar, la Ciudad de Buenos Aires se ha vuelto un escenario muy competitivo. Los sondeos ubican en los primeros dos lugares al candidato oficial y a la líder del ARI, Elisa Carrió. El orden depende de la encuesta y del nombre del postulante kirchnerista (que podría ser Cristina Kirchner, Rafael Bielsa o algún otro nombre de peso), pero la mayoría de las encuestas coincide en un punto: Macri aparece en tercer lugar.
La segunda cuestión es más personal. “Quedó muy golpeado por la campaña del año pasado. Sabía que se exponía a eso, pero no estaba acostumbrado a que lo criticaran tanto. Si se presenta, va a tener que bancarse eso y mucho más”, sostiene un legislador cercano al empresario, que prevé las críticas de Patricia Bullrich, que se candidatea por su fuerza, Unión por Todos, y los ataques de Carrió. “Le van a tirar con todo”, sostiene.
Finalmente, Macri no contaría esta vez con el apoyo del PJ, que lo respaldó en las últimas elecciones y que, más allá de su desgaste, le aportó una base política y el apoyo de un grupo de dirigentes avezados y con conocimiento del distrito. Esta vez, el peronismo porteño buscaría un nuevo rumbo. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, trabaja para convertirse en el nuevo titular del partido que –previa depuración– se encolumnaría detrás del candidato oficial.
Estos tres motivos llevaron a Macri a revisar sus planes y especular con la posibilidad de candidatearse en la provincia. “Lo está pensando”, reconocen cerca del candidato. Y agregan que la idea original consistía en buscar un acuerdo con Eduardo Duhalde, con quien el titular de Boca mantiene una relación más que fluida, en caso de que se produzca el famoso enfrentamiento entre el peronismo bonaerense y el kirchnerismo, que jugaría su carta más fuerte en la figura de Cristina.
El problema, claro, es que la disputa que dos meses atrás se perfilaba como inevitable se ha diluido, y que hoy todo indica que el Presidente y Duhalde llegarán a un acuerdo de reparto de listas, en el que Macri no tendría ningún lugar. De confirmarse este escenario, el empresario buscaría un entendimiento con López Murphy y construir un gran frente opositor de centroderecha: en este caso, podrían respetar los planes originales (Macri en Capital y López Murphy en provincia) o invertir los términos. “Es posible, pero para eso tendríamos que romper relaciones con el peronismo, incluyendo a Duhalde, y la verdad es que en este momento no tenemos muchas ganas”, explica un asesor de Macri.
La última posibilidad es que deje pasar este turno electoral, apelando al clásico argumento de que lo suyo es la pelea por los cargos ejecutivos. El problema es que la mitad de los legisladores que ingresaron por la lista de Compromiso por el Cambio debe renovar sus mandatos: si su líder no se presenta seguramente buscarán algún otro refugio político, por lo que la joven fuerza corre el riesgo de disgregarse. “Para nosotros sería una catástrofe”, se sincera un legislador macrista.
Es complicado el lugar de Macri, que duda entre el riesgo que implicaría su candidatura porteña y la posibilidad de romper con el peronismo. Aunque su postulación bonaerense parece más promisoria, el camino de López Murphy tampoco se presenta del todo despejado: si se postula en la provincia y no llega a un acuerdo con Macri deberá evaluar quién lo representa en la Capital.
En conclusión, la situación de los dos grandes referentes de la derecha se ha vuelto –en parte por el alto consenso construido por el gobierno, en parte por errores propios– mucho más complicada que hace un año. Para redondear el panorama hay que tener en cuenta la figura de Jorge Sobisch, que trabaja en su postulación presidencial para el 2007 pero que aún no sabe si presentará candidatos propios en los principales distritos.