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La clausura del Buenos Aires Lawn Tennis sería levantada en una nueva inspección que hará el lunes la Fiscalía Contravencional porteña, y el ATP que comienza ese mismo día podrá desarrollarse sin inconvenientes, según anticipó ayer Martín Jaite, director del torneo, a través de un comunicado de prensa. El tradicional club fue clausurado el miércoles por no haberse reparado trece infracciones que ponen en riesgo la seguridad del estadio que desde el lunes albergará a varios de los mejores tenistas argentinos, más extranjeros de renombre, en el inicio oficial del ATP de la Argentina.
“Se están realizando los trabajos solicitados por los inspectores de la ciudad a raíz de las nuevas medidas de seguridad y, tras éstos, se comunicará el resultado de los requerimientos. Preventivamente se tomaron estos recaudos y, una vez cumplimentados, el torneo seguirá su curso normal”, explicó mediante un comunicado Jaite, que es una de las caras visibles de Altenis, una empresa que pertenece al estadounidense Earl Butch Buchholz, el chileno Joaquín Blaya, el puertorriqueño Miguel Nido, y que organiza el certamen en la Argentina.
Ante la situación planteada, Jaite optó por no hacer declaraciones y simplemente se limitó a difundir el comunicado antes mencionado, en el que resaltó su optimismo para solucionar lo que le requiere la Fiscalía. En tanto, fuentes del gobierno porteño confirmaron que integrantes de la Fiscalía Contravencional número 7 realizarán el lunes una nueva inspección en el estadio y que procederán a su habilitación en el caso de que se solucionen las fallas. La clausura preventiva del Buenos Aires fue dispuesta por la fiscal María del Carmen Giocco y puso en riesgo la organización del único torneo argentino de tenis que otorga puntos para las clasificaciones de la ATP y debe comenzar el lunes a las 11.
En Viña del Mar, donde se está jugando el circuito esta semana, las autoridades de la ATP confirmaron la realización del certamen, más allá de la clausura. “Para nosotros es seguro que el torneo se va a hacer. Eso es lo que les estamos diciendo a los jugadores. De hecho, mañana viajarán a Buenos Aires dos funcionarios de la ATP, encargados de supervisar la qualy”, dijo Benito Pérez-Barbadillo, director de Comunicaciones de la ATP. “Miguel Nido nos aseguró que el torneo se hace sí o sí”, agregó Pérez-Barbadillo en Viña del Mar.
Los inspectores constataron –entre otras fallas–, cables del sistema de alumbrado y del de comunicaciones al aire libre y sin aislación, errores en los tableros y en el sistema de audio y que una de las tribunas está cubierta con una media sombra que puede ser inflamable. También detectaron que no se realizó un estudio del sector del suelo para comprobar la resistencia de una tribuna metálica con capacidad para 1200 personas. Además, se informó que faltan instalaciones contra incendio. Según adelantó la fuente mencionada, los organizadores tienen como plazo obligado el lunes 7 a las 10, es decir una hora antes del comienzo del torneo, que se extenderá hasta el domingo 13.
Por su parte, una fuente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) confió que los inconvenientes estarán solucionados debido a que son cuestiones que se pueden salvar, aunque admitió que lo que más les preocupa es contar en ese plazo con el estudio del suelo exigido. “Seguro que se solucionará y el ATP no corre ningún riesgo como se dice por ahí. La media sombra no incide para nada, los cables pueden ser instalados en forma subterránea y la tribuna, en el peor de los casos, no se habilita y listo. Nuestros ingenieros harán un estudio del suelo, que es lo que más tiempo lleva, pero no habrá problemas”, indicó la fuente de la AAT.
La importancia de que el torneo se concrete es que, en caso contrario, Argentina puede perder una fecha que le costó mucho conseguir. El torneo, que otorgará premios por 380 mil dólares, supone un costo organizativo de más de 3.500.000 pesos y se juega desde 2001, cuando tras varios intentos fallidos se logró recuperar la fecha e integrarlo a la gira por América latina, que tiene como punto de partida Viña del Mar, y sigue en Buenos Aires, Costa do Sauípe, Brasil, y Acapulco, México.