DEPORTES › SAN ANTONIO BATIO 81-74 A DETROIT Y SE CONSAGRO
CAMPEON DE LA NBA

Todo lo que toca Manu es oro puro

Con Ginóbili como figura determinante, los Spurs lograron el segundo anillo en tres años. El bahiense terminó con 23 puntos y 5 rebotes.

Tardó más de lo esperado, pero finalmente llegó. Tras perder el sexto partido como local, San Antonio Spurs se recuperó del golpe y venció 81-74 a Detroit Pistons en el séptimo juego de la final de la NBA, para quedarse con el título de campeón, el segundo en las últimas tres temporadas. Pero lo más asombroso es que en ambas conquistas tuvo una importancia superlativa el argentino Emanuel Ginóbili, figura determinante para que los Spurs festejaran anoche el tercer título de su historia. El bahiense terminó el partido con 23 puntos (6-11 dobles, 2-2 triples y 5-6 simples), cinco rebotes, cuatro asistencias, un robo y tres pérdidas, en los 36 minutos que permaneció en cancha.
El comienzo del juego mostró a San Antonio muy impreciso, metido en el ritmo alocado que pretendía imponer el francés Tony Parker. Entonces, con las pérdidas y decisiones equivocadas de su base, a los Spurs se le complicaba armar sus ataques estacionados. Del otro lado, a Detroit le pasaba todo lo contrario. Billups manejaba los tiempos a la perfección y habilitaba a los dos Wallace en la zona pintada. Y con esa fórmula, el equipo de Larry Brown sacó seis puntos de diferencia y parecía que se iba a escapar muy rápido.
Sin embargo, Gregg Popovich sentó a su conductor, lo reemplazó con Ginóbili y mandó a la cancha a Robert Horry. Con esas variantes, San Antonio revirtió el panorama y colocó un parcial 12-2, con ocho puntos seguidos de Horry, para pasar a comandar el marcador. Claro que dos faltas rápidas del argentino lo depositaron demasiado tiempo en el banco, lo que Detroit aprovechó para volver a tomar ventajas en el resultado. Con mucha defensa y muchos nervios, el juego se tornó desprolijo, con muy pocas anotaciones. A San Antonio lo sostenía el goleo de Duncan, mientras que Hamilton lideraba a los Pistons.
Otro factor eran los triples, que San Antonio ejecutaba con mejores porcentajes, lo que contrarrestaba Detroit al aprovechar las pérdidas de su rival. Pero tres volcadas seguidas de Ben Wallace, tras asistencias de McDyess en jugadas casi calcadas, le posibilitaron a los visitantes un mejor cierre de cuarto, para irse al descanso largo con un punto de ventaja, luego de que Ginóbili fallara una bandeja en el último segundo. A esa altura, el bahiense tenía siete puntos y dos asistencias.
La idea de jugar con Duncan bajo el tablero se tornó contraproducente para San Antonio, ya que el pivot no tenía efectividad y Detroit sacaba ventaja para correr el contragolpe. Así metió un parcial 10-1 para tomar la máxima diferencia hasta el momento (9 puntos). Pero como la eficacia del grandote cambió de manera rotunda, sus tantos fueron vitales para que San Antonio llegara empatado al último cuarto. Y en ese parcial, con los espacios generados por Duncan, a los Spurs se le abrieron otras vías de gol, como las penetraciones de Ginóbili y los triples de Horry y Bowen. Así, con el liderazgo de Duncan y el aporte clave de Manu, San Antonio tomó siete puntos de diferencia, para llegar a un cierre que parecía tranquilo. Y allí, con seis puntos seguidos de Ginóbili, con una penetración y cuatro tiros libres, San Antonio sentenció el juego para que el SBC Center celebrara el tercer título de la historia.

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La penetración de Ginóbili, frente a la marca de Wallace.
 
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