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Con cuatro punteros tras tres fechas, y todos ellos equipos de los denominados grandes, el Apertura ensaya promesas de emoción. Pero ¿es realmente un buen campeonato? En la tercera fecha, que terminó el domingo, se conquistaron 32 goles en diez partidos, con un promedio de 3,2 tantos por encuentro. En las dos fechas anteriores se señalaron 41 tantos, con un promedio superior a los dos goles por partido, con lo que, en el repaso global, cada encuentro del Apertura vibra con 2,6 goles. De todos esos tantos, sólo 6 (el 8,22 por ciento) fueron convertidos desde el punto del penal. Curiosamente, cinco de los seis penales fueron sancionados por un mismo árbitro, Rafael Furchi.
Inclusive, la mayoría de los goles se marcaron en el segundo tiempo: 41 contra 32 de los primeros tiempos, lo que supone cierto dramatismo en el desarrollo de los encuentros, aunque en esta tercera fecha hubo igual cantidad en ambos períodos (16 en cada uno). Seis de los 28 partidos disputados en el torneo fueron de cinco goles o más; sólo cuatro terminaron sin goles.
Pero los equipos más goleadores son Independiente y Vélez, ambos con 8 tantos en tres partidos, aunque el equipo de Falcioni marcó tres tantos de penal (la mitad de los convertidos en el torneo) y los de Liniers señalaron 6 de los 8 en el último partido. Y hay ocho equipos (Banfield, Gimnasia, Olimpo, Arsenal, Instituto, Estudiantes, Tiro Federal y Colón) cuyos artilleros están por debajo de la media.
El gol puede ser la clave, y es importante: un campeonato plagado de 0-0 no puede ser, necesariamente, bueno. Pero el nivel futbolístico mide también la temperatura del torneo, y no es, a juzgar por las crónicas de los lunes, el más excitante.
De hecho, ninguno de los líderes (River, Racing, Independiente, San Lorenzo) tiene puntaje ideal, y sólo van tres fechas. Ninguno pudo ganar los tres partidos y, en algunos casos, transpiraron para conseguir la victoria.
River penó para vencer a Tiro Federal (recién ascendido, tres jugados, tres perdidos, apenas un gol a favor, cinco en contra) en la primera fecha y no pudo vencer a Gimnasia de Jujuy (el otro ascendido, que logró su único punto del torneo precisamente ante el equipo de Núñez) en la segunda. “River deberá acostumbrarse a ganar así, con los dientes apretados, sin que le sobre nada. A falta de talentos, de relumbrones individuales que le solucionen los problemas, tendrá que apelar más que nunca al esfuerzo y a la persistencia para conseguir lo que antes resolvía a golpes de inspiración”, escribió ayer Daniel Guiñazú en Líbero, el suplemento deportivo de Página/12.
Independiente, que le había ganado 4-2 a Lanús con dos goles de penal, y 3-0 a Instituto, perdió de manera imposible una victoria sobre San Lorenzo cuando ganaba 1-0 con dos hombres de más. “Cuando lo echaron a Manrique a los 84, un par de minutos después el técnico Falcioni puso a Abraham (un defensor) por Buján (un volante). Independiente estaba con dos jugadores más y seguía estando en superioridad numérica (...), ¿qué necesidad había de hacer ese cambio? Independiente desperdició la posibilidad de ganar el partido por la falta de convicción de sus jugadores, pero el DT ayudó un poquito”, escribió Juan José Panno ayer en Líbero.
Ricardo Bochini, el ídolo máximo de los rojos, opinó ayer que Independiente “pagó por falta de audacia” y señaló que “se juega un fútbol con poca imaginación, mucha táctica y gran cantidad de partidos que se definen por arriba o de pelota parada”.
San Lorenzo no lo ha hecho mucho mejor. Le ganó 3-2 a Vélez en el último minuto, a Estudiantes en La Plata jugando de contragolpe, pero contra Independiente reaccionó de la mano de Montillo, que se mantuvo los primeros 45 minutos en el banco de suplentes. Y apenas empató su equipo, el DT Alfaro sacó al delantero Lavezzi para poner el volante Coudet. “Alfaro debe haber tomado nota de que San Lorenzo –aunque su gente seentusiasme con la reacción o le eche la culpa de sus males al referí– no creó una sola situación de gol en 90 minutos”, señaló ayer Panno.
Sólo Racing, que le ganó 3-1 a Arsenal después de haber empatado 0-0 con Banfield y haber vencido 2-0 a Colón en Santa Fe, parece estar jugando un poquito mejor que sus colegas de la punta, a partir del fútbol que se genera a partir de Capria y que contagia a Mirosevic, Romero, Estévez o el mismo Diego Simeone.
Boca, que se “bajó” de la punta tres minutos antes del final de su partido con Lanús, tampoco está produciendo fútbol de nivel, probablemente porque apuesta demasiado al juego aéreo (logró 5 de los 7 goles del torneo por ese camino) o porque Federico Insúa, de alguna manera el encargado de conducir el equipo, no levanta su rendimiento, sino más bien lo contrario: Líbero lo calificó con 8 puntos en el partido contra Gimnasia (J), con 5 ante Central y con 4 puntos frente a Lanús.
“El fútbol es así. Nos hicieron el gol y a llorar a la iglesia”, dijo, filosóficamente, Alfio Basile. “Nos empataron al final y no hay causas específicas. El partido estaba ganado. Simplemente lo que pasó es que Boca no lo liquidó.”