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El tenis argentino sufrió ayer uno de los golpes más duros de su historia, al conocerse la revelación del diario francés L’Equipe acerca de un nuevo positivo de Mariano Puerta, uno de los mejores jugadores del mundo. “La imperdonable reincidencia”, tituló el diario deportivo, que llevó el tema a su primera plana y dedicó un artículo de análisis al “demonio del tenis argentino”, calificando de “mal crónico” el tema del doping en el país. Puerta, de 27 años, y sancionado ya por nueve meses entre octubre de 2003 y julio de 2004 por positivo de clenbuterol, habría dado positivo de etilefrina, un medicamento que suele recetarse para pacientes hipotensos (presión excesivamente baja de la sangre) y que tiene efectos similares al del suministro de una dosis de adrenalina.
Desde el entorno del cordobés señalaron a L’Equipe que Puerta reconoció haber consumido un medicamento “para tratar una gripe”. Antes de bloquear las llamadas telefónicas a su habitación en Tokio y de salir a cenar con su compatriota y colega Juan Mónaco, Puerta alcanzó a negar el asunto: “No tomé nada que no hubiera debido tomar”. Soledad, su esposa, aseguró a la agencia DPA, desde Tokio, estar sorprendida por la noticia: “No, no sabíamos nada”. Puerta debutó ayer en el torneo japonés derrotando 6-3, 6-4 al estadounidense Eric Taino.
Pese a que Giorgio Brasero, manager de Puerta, aseguró a L’Equipe no creer que la historia “pueda ser verdad”, el “caso Puerta” estaba latente desde hace casi un mes, y el argentino, perfectamente al tanto en las últimas semanas de lo que se decía en torno de su persona, evitó en todo momento el contacto con los medios.
La Federación Internacional de Tenis (ITF) mantuvo su prudencia de siempre. “No podemos confirmar ni negar nada de lo publicado en la historia de L’Equipe”, dijo la ITF, que desde el martes pasado está a cargo de todos los controles antidoping en el tenis masculino. Hasta la semana pasada, la ITF sólo asumía el control antidoping en torneos de Grand Slam y la Copa Davis, en tanto que el resto estaba en manos de la ATP.
El de Puerta sería el primer caso de reincidencia desde la puesta en marcha del programa antidoping en el tenis profesional. Puerta protagonizó en el último año una sensacional escalada en el ranking, pasando del puesto 440 al noveno en apenas 12 meses. Número diez del ranking mundial, el argentino llamó este año la atención del mundo en París, al llegar hasta la final de Roland Garros, donde cayó en cuatro sets ante el español Rafael Nadal.
“La verdad, no sé qué llegar a pensar...”, dijo Nadal en Mallorca a la cadena española Tele 5 al conocer la noticia. “Me habían dicho que había un argentino que había dado positivo y esta mañana (por ayer) me enteré”. De confirmarse el caso de Puerta, sería el sexto de un argentino en los últimos cinco años. Ningún otro país del mundo tuvo tantos jugadores de primer nivel sancionados por doping. España cuenta con una cifra similar, aunque los casos afectaron a tenistas de menor rango. El primero fue el de Juan Ignacio Chela, suspendido por tres meses en el 2000. Luego Guillermo Coria fue suspendido por siete meses en 2001, pese a reconocer la ATP que su doping fue involuntario y se debió a un suplemento vitamínico contaminado. El doblista Martín Rodríguez fue advertido por un exceso de cafeína en un control en 2003, aunque no fue suspendido. Finalmente, Guillermo Cañas recibió la máxima sanción posible, dos años, en agosto último.
Puerta fue sometido a un control de orina el 5 de junio, día de la final en París. El análisis y el contraanálisis, realizado en el afamado laboratorio de Chatenay-Malabry, dio positivo, según L’Equipe. En caso de que se confirmara oficialmente ese positivo y fuera sancionado, Puerta se arriesga a la primera sanción de por vida impuesta en el tenis. Su única salvación puede radicar en el hecho de que su primera sanción esprevia a la entrada en vigencia del código mundial antidoping, que comenzó a regir el 1º de enero de 2004.
En los últimos días surgió la versión de que el doping positivo sería de un doblista, debido a una sustancia que habría aparecido por un tratamiento capilar. Pero al parecer, todo se modificó rápidamente.