Martes, 11 de julio de 2006 | Hoy
DEPORTES › LA COPA DEL MUNDO DEJO ESTOS MOMENTOS PARA EL RECUERDO TIERNO O SOCARRON
A la Selección Argentina le quedó el mayor consuelo: los hinchas de todo el mundo eligieron como los tres mejores goles de la Copa tres tantos albicelestes. Entre el candor de los hinchas españoles, el aplauso de los serbios, el vómito de Beckham, el ridículo de Roberto Carlos o las dramatizaciones de Felipao Scolari.
Por Ariel Greco
Desde Berlín
1 A los dos días de la eliminación de la Selección, en el diario español El Mundo apareció una nota en la que se elogiaba a los hinchas argentinos, por su manera ingeniosa e incondicional de alentar. Sin embargo, el doble sentido de la nota implicaba una crítica hacia los simpatizantes españoles, con la conclusión de que una hinchada que cantaba “¡a por ellos, oé!” no podía aspirar a ser campeón. Y el problema es que no sólo era ese hit. También entonaron “Alcohol, alcohol/ hemos venido a emborracharnos / el resultado nos da igual” o “un elefante/ se columpiaba sobre la tela de una araña”. Claro que lo máximo fue cuando a los franceses les cantaron: “¡Na-po-león! ¡Era maricón!”.
2 Si hay un jugador con glamour, dentro y fuera de la cancha, ése es David Beckham. Sin embargo, el Spice Boy mostró en este Mundial una faceta que, al menos de manera pública, no se le conocía. Luego de marcar el gol de tiro libre ante Ecuador, el calor lo afectó de tal manera que se descompuso en la cancha y vomitó durante el juego, antes de ser reemplazado. Esta vez no se puede decir que David no dejó todo en la cancha.
3 Iban 72 minutos y los jugadores de Serbia y Montenegro sólo podían ver pasar el toqueteo de Argentina. En la tribuna del AufSchalke Arena, sus hinchas no paraban de silbar a sus jugadores. Pero luego de una maniobra en la que los delanteros argentinos buscaron por derecha, tocaron, retrocedieron, buscaron por izquierda, volvieron a retroceder y definieron la jugada por el centro, los silbidos se aplacaron y se convirtieron en un aplauso cerrado para el equipo rival. Es que, más allá de la derrota y la humillación, el público serbio supo reconocer la actuación argentina.
4 Fue tapa de varios diarios ingleses. Horacio Elizondo, árbitro argentino, mostrándole la tarjeta roja a Wayne Rooney, la gran esperanza británica. Es que el chico malo se enojó con Ricardo Carvalho y le metió un pisotón en los testículos cuando el zaguero portugués estaba tirado en el piso. Ayer, la imagen de Elizondo mostrando una roja con historia se repitió. Esta vez el sancionado fue Zinedine Zidane, que le pegó un cabezazo en el pecho a Materazzi y se ganó la expulsión. Así, Zizou se despidió del fútbol, o casi: ayer lo eligieron, pese a todo, el mejor jugador del Mundial...
5 A un costado de la cancha, los jugadores argentinos que quedaban en el césped del Estadio Olímpico de Berlín masticaban su bronca. Del otro lado, los alemanes celebraban su pasaje a las semifinales. Y lo hicieron de una manera especial: se formaron todos en la línea central, menos Torsten Frings, que se alejó unos metros y se paró frente a sus compañeros. De esa manera, el volante simuló arrojar una bola de bowling, mientras el plantel alemán caía de espaldas, para felicidad de su gente. Lo que no sabía Frings en ese momento es que se iba a perder el partido ante Italia por haber participado de la pelea con los jugadores argentinos un rato antes.
6 A esta altura resulta imposible saberlo: ¿fueron 50?, ¿habrán sido 45?, ¿estuvo en 55? Lo que es seguro es que en el partido Polonia 2-Costa Rica 1, Franz Beckenbauer no asistió al estadio. Y la seguridad de su ausencia está dada en que en forma simultánea se jugaba Alemania 3-Ecuador 0, donde obviamente sí estaba presente. A lo largo del torneo, el presidente del Comité Organizador apareció en cámara en casi todos los partidos, gracias a que viajaba en helicóptero entre subsede y subsede. No sólo eso. Cuando hubo un día libre en el torneo, aprovechó para ir a casarse a Austria. Su flamante esposa lo acompañó siempre.
7 Si bien la última imagen de Zidane fue esa tarjeta roja, durante el torneo mostró una de las mejores postales de fútbol. Fue ante España, cuando en el último minuto desparramó en el área a Puyol y sacó un derechazo al primer palo para batir a Casillas y terminar de sellar el pasaporte de la Furia en el Mundial. Fue simbólico. Desde España, en los anuncios del partido se hablaba de que Francia tenía pánico y que era el momento de jubilar a Zidane. “Nadie va a decidir cuando me tengo que jubilar”, dijo el diez francés.
8 Pasan los días y sigue resultando increíble. Iban 12 minutos del segundo tiempo de Francia-Brasil, cuando Zidane se alistaba para ejecutar un tiro libre y todos los demás jugadores se preparaban para actuar en la jugada. Bah, todos no. Roberto Carlos, encargado de tomar la marca de Thierry Henry, se quedó agachado en el borde del área, mientras se desarrollaba la jugada, imagen que los hinchas brasileños desparramaron por el mundo a través de Internet. Algunos dicen que descansaba, otros aseguran que se estaba acomodando las medias. Lo concreto es que ni siquiera miró a Henry, que entró solito por el segundo palo y anotó el gol de la eliminación brasileña.
9 Más allá de los argentinos, los hinchas croatas dejaron su marca en el Mundial. Aprovechando la gran cantidad de inmigrantes que hay en Alemania, se mostraron como una de las parcialidades más numerosas. Pero no se quedaron sólo con eso. Le aportaron gran color y fueron de los que más cantaron, tanto en los partidos como en la previa. Un espectáculo aparte significó viajar en subte con ellos camino al estadio. Literalmente, con sus saltos, hacían mover los vagones. Y uno dio la nota al saltar al césped del Estadio Olímpico de Berlín, cuando su equipo cayó 1-0 con Brasil. Entró, saludó a Prso y se fue custodiado por los guardias de seguridad.
10 Luiz Felipe Scolari se convirtió en uno de los personajes del torneo, con sus gestos hacia los técnicos rivales y hacia los árbitros. En la previa se mostraba muy simpático y saludaba a sus adversarios. Pero en el juego su actitud era totalmente distinta. Contra Holanda, cuando Boulahrouz le puso un planchazo a Cristiano Ronaldo, se le fue encima a Van Basten, acusándolo de mandar a pegar a sus jugadores. Ante Francia, el elegido fue Domenech, a quien le dedicó el clásico gesto de girar los dedos en señal de robo, luego de que el árbitro Larrionda pitara el penal de Ricardo Carvalho a Henry.
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