Jueves, 28 de septiembre de 2006 | Hoy
DEPORTES › PERDIO CON ATLETICO PARANAENSE EN EL MONUMENTAL DEBUTANDO EN LA COPA SUDAMERICANA
Una semana negra para los de Núñez: después del tibio empate ante Colón, ayer no pudieron quebrar la firme defensa del equipo brasileño, que acertó en un contraataque. Hubo silbidos al final.
Una silbatina despidió anoche al desconcertado equipo de River después de haber caído en su propio campo ante el prolijo Atlético Paranaense por la mínima diferencia, en su debut en la Copa Sudamericana. El equipo de Daniel Passarella tuvo la pelota durante la mayor parte del partido, pero se mostró impotente para superar el vallado de hasta seis hombres en defensa que impuso el equipo brasileño una vez que consiguió la ventaja parcial, y ni siquiera con el ingreso de jugadores que habitualmente son titulares, como Higuaín, Belluschi u Ortega, pudo revertir la falta de gol. La revancha, dentro de dos semanas en Curitiba, nominará un rival para Boca o Nacional de Montevideo: por ahora están más cerca los brasileños...
River comenzó el encuentro manejando la pelota un poco más en la mitad de la cancha y buscaba desequilibrar por los costados con las subidas de Fernández por la derecha, y Sambueza por el otro sector. De esa manera, tuvo su primera aproximación con un remate del propio Fernández, pero el arquero Cleber respondió con acierto.
Los brasileños intentaban por la vía del contraataque, donde Ferreira se destacaba cuando habilitaba con pases largos a Marques y Marco Aurelio. Recién a partir de los 20 minutos Paranaense comenzó a presionar en el campo de River y obligaba al equipo local a salir con muchos pelotazos. Eso provocó que tanto Farías como Falcao quedaran demasiado aislados del resto de sus compañeros. En una de esas incursiones, el colombiano estuvo cerca de convertir, pero su remate, de sobrepique, se fue por arriba.
Minutos después de aquella jugada de Falcao, Gerlo fue a buscar al área rival pero su cabezazo salió al lado del palo. Enseguida, Falcao casi conecta un envío de Sambueza pero no pudo anticiparse al defensor Erandir. Cuando parecía que River estaba cerca de quebrar la resistencia visitante, la poca gente que había en el estadio Monumental enmudeció nuevamente (como el domingo pasado ante Colón), cuando Marques marcó el primer gol. Marco Aurelio superó la marca de Gerlo, llegó hasta el fondo y lanzó un centro para la entrada de Marques por el otro lado, que definió con un toque suave en el área chica.
A esa altura, River ya no tenía ideas claras para construir juego en ataque, pero inclusive también se complicaba en la salida desde la última línea. En consecuencia, sus llegadas eran con tiros desde lejos. En uno de ellos, Fernández no tuvo precisión cuando llegó por la derecha, y en otro Pusineri la tiró muy lejos cuando se encontraba dentro del área. Pero Paranaense también tuvo una oportunidad para aumentar la ventaja, cuando Marques cabeceó en un corner y la pelota salió al lado del palo. En el final de la primera parte, un derechazo de Pusineri que se desvió en un rival casi sorprende a Cleber.
En el segundo período la pelota fue exclusivamente del equipo argentino, al que le faltó la última punzada para superar al arquero visitante, erigido en la figura del encuentro: evitó el empate cuando le sacó al corner un derechazo formidable de Belluschi (a quien media hora le bastó para ser el mejor jugador de su equipo) tras una jugada combinada, y luego a tres del final, cortó un rebote que el mismo Belluschi impulsó rumbo al arco. Farías estuvo impreciso, Ortega no gravitó, Higuaín tampoco tuvo el peso necesario (se le contabilizó apenas un remate muy desviado a los 73), hubo excesiva centralización, abuso de centros frontales y poco desborde, y los nervios terminaron jugando un papel decisivo frente a un equipo que había renunciado mucho antes a atacar.
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