“A River le vamos a dar el derecho a la defensa, pero si sus dirigentes no son convincentes con respecto a los argumentos, la sanción va a ser sumamente drástica, no va a bajar de las cinco fechas”, afirmó ayer el subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos, Javier Castrilli. La sanción se haría efectiva hoy y obligaría al conjunto de Núñez a jugar en Vélez, aunque podría utilizar el Monumental para su debut en la Copa Libertadores 2007, el próximo jueves, ya que el organismo que conduce Castrilli no está facultado para aplicar suspensiones en ámbitos internacionales como es el torneo.

Durante una reunión de la que participó Página/12, el funcionario fue duro con los dirigentes de River: “si eligen convivir con la mugre, deberán atenerse a las consecuencias”, señaló. “Si hay algún socio que observa alguna inconducta, debe ser expulsado del club”, insistió.

Si la suspensión se hace efectiva, River deberá jugar los partidos como local ante Racing, Arsenal, Gimnasia de Jujuy, Belgrano y Banfield en Vélez, aunque en un momento se barajó la posibilidad de que pueda jugar esos partidos en su estadio a puertas cerradas.

Los incidentes, que terminaron con un herido de bala y tres de arma blanca, fueron protagonizados por grupos que responden a los líderes de la barrabrava, Alan Schlenker y Adrián Rousseau. River anunció que si la Justicia esclarece el hecho, los responsables de los disturbios que sean socios del club serán expulsados de la institución. Schlenker y Rousseau, por supuesto, son socios. Castrilli ratificó que los incidentes “fueron responsabilidad del club, no de la Policía Federal, porque (los barras) estaban antes en el club” y consideró que existe “miedo y complicidad” de parte de los dirigentes de la institución para no hacerse cargo de lo que pasó. Según la agencia Télam, el presidente de River, José María Aguilar, estaría próximo a pedir licencia por dos semanas, aproximadamente.

El subsecretario aclaró que, pese a lo que se publicó en varios medios, no existen filmaciones de los episodios que puedan contribuir al esclarecimiento.

Por su parte, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, pidió que se aplique “una política inflexible” para castigar a los hinchas violentos e instó a las autoridades judiciales a individualizar a los barrabravas. “El hecho tiene que ver con la existencia de grupos violentos que anidan en el fútbol y que hay que desterrar –dijo el funcionario–. Ni siquiera es la pasión la que los impulsa a actuar así, porque en este caso son todos hinchas de River y seguro que hubo otro tipo de intereses.”

El abogado y socio de River Marcelo Parrilli denunció ayer que la pelea se produjo por una comisión del pase de Gonzalo Higuaín al Real Madrid que debió repartirse entre los barras; según Parrilli, la cúpula de la barra recibía 60 mil pesos mensuales del club y unas 300 entradas por partidos para la reventa. El abogado sostuvo que la barra de River constituye “una suerte de grupo de tareas para todo servicio, utilizado por los dirigentes” que “financian, sostienen y protegen” a los barras.