Miércoles, 14 de febrero de 2007 | Hoy
EL MUNDO › PRIMER PASO DEL ACUERDO ALCANZADO TRAS DIAS DE NEGOCIACIONES
El régimen de Kim Jong Il aceptó ponerle fin a su programa de armas atómicas y recibirá energía, alimentos y petróleo. Está prevista la normalización de relaciones con EE.UU. y Japón.
Por José Reinoso *
Desde Pekín
Corea del Norte accedió a poner fin a su programa de armas atómicas a cambio de ayuda y la normalización de las relaciones con EE.UU. y Japón, según contempla el acuerdo alcanzado en Pekín tras seis días de reuniones maratónicas. El gobierno de Kim Jong Il se ha comprometido a paralizar su principal central nuclear –Yongbyon– en un plazo de 60 días y a permitir el regreso de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica –OIEA–. A cambio, recibirá energía, alimentos y otras ayudas por un valor conjunto de 50.000 toneladas de petróleo. La cifra se extenderá hasta un total de un millón de toneladas cuando desmantele todas sus instalaciones nucleares.
El acuerdo fue anunciado por Wu Dawei, jefe de la delegación china en las negociaciones a seis bandas, en las cuales –además de Corea del Norte, Estados Unidos y China– participan Corea del Sur, Rusia y Japón. “Es un paso importante hacia la desnuclearización de la península coreana”, dijo Wu. “Es favorable para el proceso de paz en Asia nororiental y para la mejora de las relaciones entre los países implicados.” El presidente George Bush lo aclamó como “la mejor oportunidad de usar la diplomacia” en un tema como el programa nuclear de Corea del Norte. El pacto, sin embargo, pretende ir más allá del contencioso nuclear. Washington y Pyongyang iniciarán reuniones bilaterales para normalizar sus relaciones, eliminar el país asiático de la lista de sospechosos de respaldar el terrorismo internacional y poner fin a las sanciones económicas norteamericanas. El texto no fija fechas. En paralelo, se celebrarán conversaciones encaminadas a lograr un acuerdo de paz permanente entre las dos Coreas, que sustituya el alto el fuego que puso fin a la guerra de Corea 1950-1953, y que nunca se convirtió en definitivo.
Para recibir el total de la ayuda, Pyongyang deberá entregar una lista completa de todas sus instalaciones atómicas –incluido un inventario del material nuclear que posee– y desmantelarlas. El cierre de Yongbyon deberá incluir las instalaciones de reprocesamiento de combustible, que han servido, según Washington, para fabricar varias bombas atómicas.
Las ayudas pactadas no contemplan el suministro de 2000 megavatios de electricidad ofrecido por Corea del Sur en el pacto logrado en septiembre de 2005, y que quedó en agua de borrajas. Este servicio se producirá una vez concluida la eliminación del programa atómico por parte del Norte. Corea del Sur, China, Estados Unidos y Rusia, pero no Japón, proveerán un total de 100.000 toneladas de petróleo o un valor equivalente en ayuda económica o humanitaria.
Christopher Hill, asistente del secretario de Estado y negociador estadounidense, calificó el pacto alcanzado ayer de “excelente”, pero advirtió que “es sólo una etapa hacia la desnuclearización”. “No hemos terminado. Esto es un primer paso, tenemos aún mucho camino por delante”, afirmó. Entre los puntos que quedan pendientes, está qué hacer con las varias bombas nucleares que los expertos creen que posee el país asiático.
John Bolton, antiguo embajador estadounidense en la ONU, arremetió contra el trato, que calificó de “muy malo”, porque, según dijo, contradice la política que ha seguido el presidente Bush durante los dos últimos años y repite el acuerdo de 1994, que fue un fiasco. “Hace parecer a la administración muy débil en un momento en el que con Irak e Irán necesita parecer fuerte”, dijo a la cadena de televisión CNN. “Es un mal precedente.” Bush, en el pasado, señaló a Corea del Norte –junto con Irak e Irán– como partes del “eje del mal”. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, sostuvo que países como Irán, que se niegan a ponerles un freno a sus programas nucleares, debieran advertir lo que la “fuerte diplomacia” puede lograr.
El acuerdo se ha producido cuatro meses después de que Corea del Norte desatara la ira de la comunidad internacional con la realización de su primera prueba atómica, que condujo a la rápida adopción de sanciones por parte de la ONU, con la aprobación incluso de China, que vio cómo saltaban por los aires los esfuerzos realizados desde agosto de 2003, cuando comenzaron las conversaciones a seis bandas (EE.UU., las dos Coreas, Rusia, China y Japón).
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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