El diagnóstico sobre la dolencia que mantiene internado a Diego Maradona permanece impreciso. Los estudios revelan la persistencia de problemas en su cuerpo, según el parte médico, pero no existen precisiones sobre la gravedad del estado del ex futbolista.

“A pesar de que los parámetros clínicos (bioquímicos) no son normales, existe una tendencia hacia la recuperación (...). Maradona continúa con una evolución clínica favorable”, señala genéricamente el parte emitido por el sanatorio. Un indicio de que el ex futbolista sigue delicado lo había suministrado más temprano su médico personal, Alfredo Cahe, al afirmar que “los valores hepáticos en los estudios de Maradona se dispararon nuevamente y no están bien”. Según Cahe, “Maradona tuvo una recaída en su hepatitis aguda. Ahora está estable. Si bien mejoró, deberá continuar con su internación. Fue descartada una pancreatitis o una úlcera. No está grave”, afirmó Cahe.

Maradona acumula, sin embargo, 17 días de internación en menos de un mes, luego de estar 13 días en el Sanatorio Güemes. La declaración oficial también consignó que “el objetivo del equipo asistencial es consolidar la etapa del tratamiento para plantear al paciente, y a su familia, las condiciones para continuar con el seguimiento una vez que deje el sanatorio”.

Médicos que lo estuvieron atendiendo en el último mes hicieron mención en conferencias de prensa de la necesidad de que Maradona haga un tratamiento a fondo para controlar sus adicciones, con ayuda familiar. El último parte médico dado a conocer el sábado indicaba que Maradona está clínicamente estable y que ya no sufría el dolor abdominal agudo que motivó su internación.