En vísperas de su viaje a Madrid, donde mañana buscará una salida al conflicto de las papeleras, Alberto Fernández aseguró que la postura argentina se mantendrá “inalterable” y les pidió a los asambleístas de Gualguaychú que “levanten los cortes” para facilitar las negociaciones con Uruguay. La solicitud del jefe de Gabinete sucedió durante un encuentro con representantes ambientalistas, quienes le anticiparon que no habrá marcha atrás con esa medida de fuerza.

Fernández recibió a cinco integrantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú en el Salón Norte de la Casa Rosada. La reunión se convirtió en el aperitivo de otra que el funcionario mantendrá mañana con el facilitador español Antonio Yáñez Barnuevo.

Los asambleístas Martín Alazord, Jorge Fritzler, Lilian Melnik, Luis Molinuevo y Víctor Rebossio le entregaron allí dos copias de una carta de cinco puntos. El primero manifiesta la preocupación por las declaraciones del embajador argentino en Uruguay, Hernán Patiño Meyer, quien –según el texto– contradijo la postura del presidente Néstor Kirchner y del canciller Jorge Taiana. Se referían así al “movimiento popular” representado en la Asamblea y a la “causa nacional” que significa la lucha contra las papeleras.

Fernández le planteó que el Gobierno tiene “una sola postura”, que es la de respetar el Tratado del río Uruguay. Ese planteo fue el que se llevó a la Corte Internacional de La Haya y el que expresó Kirchner durante la Asamblea Legislativa, el 1o de marzo. “Nosotros no hemos sido los que hemos violado el Tratado del río Uruguay, nos duele en el alma no encontrar una voluntad negociadora para relocalizar (la planta de Botnia) y alcanzar un punto de acuerdo que sintetice los intereses de los dos países”, dijo ese día el Presidente.

El segundo punto de la carta, probablemente el más duro para el Ejecutivo, hace alusión a la expresión “el puerto no se toca” del ministro del Interior, Aníbal Fernández. “La resultante –dice– fue la represión sufrida por nuestros asambleístas, al no gustarle a su representante la forma de peticionar de un grupo de argentinos”. Y redondea: “Paralelamente los puertos construidos ilegalmente por las empresas pasteras siguen recibiendo buques de diferentes banderas que alegremente surcan las aguas compartidas de nuestro río Uruguay”.

En respuesta, Fernández planteó que cualquier iniciativa debe ser resultado del consenso. Y que las manifestaciones realizadas fuera de Gualguaychú han despertado, a su entender, “rechazo” en distintos sectores de la sociedad. “La política es un concurso de voluntades. Si se les escapan las voluntades se los ponen en contra”, les figuró Fernández.

En el punto tres los asambleístas parecen justificar sus acciones ante la “falta de información” oficial. Fernández reiteró entonces que “no hay cambios” respecto del rumbo tomado, que en los medios hubo informaciones “erróneas o mal intencionadas”, y que, ante la menor duda, en vez de promover manifestaciones, recurrieran a él para informarse. “La verdad es que están shockeados por las cosas que se dicen. Muestran cierta angustia informativa”, dijo a este diario una fuente de la Jefatura de Gabinete. En ese sentido, los asambleístas mostraron su “conformidad” porque el Gobierno les reafirmó que “no cambiará de postura”, pero advirtieron que “no va a haber levantamiento de los cortes”.

En el cuarto punto le exigen a Kirchner no ser víctimas de “más sorpresas” y reclaman el “derecho a saber con toda claridad” la evolución de las negociaciones con el facilitador español. En este caso, la respuesta de Fernández fue en la misma línea que la anterior: le prometió recibirlos nuevamente el próximo martes. “Quédense tranquilos que no hemos llegado hasta acá para cambiar las cosas”, les dijo.

El quinto punto del petitorio es de forma y le insiste a Kirchner hacer conocer su postura “para que la población comprenda y vuelva a creer en los actos de gobierno”. Antes de la reunión, unos 200 asambleístas se concentraron en la Plaza de Mayo y se quejaron porque la policía les incautó sin razón una chimenea inflable que simula la que levantó la pastera Botnia en Fray Bentos.