DEPORTES › HISTORIA DEL SOCIAL, ATLETICO Y DEPORTIVO ERNESTO “CHE” GUEVARA

En Jesús María hay un club que juega siempre hasta la victoria

Para generar una nueva cultura solidaria, dos cordobeses fundaron una institución en homenaje al guerrillero heroico.

 Por Gustavo Veiga

“El hombre del siglo XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada.”
Ernesto “Che” Guevara

En el norte de Córdoba, sobre la ruta 9 y camino a Santiago del Estero, un hombre y una mujer parieron la idea. Fundaron un club y no le pusieron un nombre cualquiera: Ernesto Che Guevara. El, beneficiario de un plan Jefas y Jefes de Hogar, y ella, archivera de la Municipalidad de Jesús María, decidieron hacerlo posible el 14 de diciembre del año pasado. Dos inquietudes convergentes, las de Claudio Ibarra y Mónica Nielsen, permitieron lo que antes no se le había ocurrido a nadie. Ni en Argentina ni en ninguna otra parte del mundo. El estaba cansado de renegar como DT itinerante de equipo en equipo y ella quería generar un proyecto diferente bajo la imagen emblemática del Che. Sin sede social, cancha ni campo de entrenamiento, sumaron más voluntades, se inscribieron en una liga de fútbol y comenzaron a darle vida a un sueño que ahora acompañan por igual estudiantes universitarios, albañiles, empleados de comercio y hasta un policía. Como dirigentes, jugadores o hinchas, todos simpatizan con las ideas del guerrillero heroico. Y a su manera, quieren contribuir a modelar el hombre nuevo del que hablaba Guevara.

En Jesús María ahora existe un tercer club que se sumó a los más antiguos, Alianza y Falucho: el Social, Atlético y Deportivo Ernesto Che Guevara. Los tres compiten en la Liga Colón, donde juegan El Carmen de Monte Cristo, Jockey Club de General Paz y también Bochas y Agraria, dos equipos de Colonia Caroya, entre otros de pueblos vecinos. Precisamente, éste último le presta la cancha al Che. Y la sede, por el momento, es la casa de Nielsen, una mujer de 47 años que estuvo afiliada al partido Socialista Popular de Guillermo Estévez Boero (ver recuadro).

El municipio que gobierna el radical Marcelino Gatica les cede el polideportivo para que los 27 jugadores, entre la Primera y la Reserva, puedan entrenarse tres veces por semana, después de sus trabajos o estudios. Todos en el Che pagan una cuota de 10 pesos mensuales y cubren los gastos del árbitro y un puñado de policías con lo que recaudan en el buffet. La corriente de simpatía que han ido despertando motivó que el comercio de Jesús María les diera una mano. Y hasta consiguieron dos sponsors que conviven sobre la camiseta en discutible armonía con el retrato del Che.

Uno se llama Oxígeno, una empresa agroindustrial, y el otro Dimensión, un estudio de arquitectura que comercializa un producto antihumedad. Sus publicidades se reparten sobre la prenda roja y blanca, al igual que el rostro del Che y la célebre consigna revolucionaria “Hasta la victoria siempre”, que se estampó en la parte de atrás. Nielsen, la presidente del club por un período de dos años, confía en que ellos mismos fabricarán las camisetas y, por cada una que vendan, “se colaborará con un niño y un adolescente” de Jesús María.

En el club, las mujeres ocupan un lugar destacado. La dirigente más importante es asistida por su hija Lucrecia desde la secretaría y María, una compañera de trabajo, administra la tesorería. La CD se completa con un par de futbolistas y muy cerca de todos ellos están los Ibarra: Claudio, el director técnico de la Primera, y su primo Cristian, el DT de la reserva. También sumaron sus voluntades la murga Los Nadie y el Movimiento Campesino de Córdoba.

Por ahora, con apenas cinco meses y medio de vida, el Ernesto Che Guevara participa en la liga zonal con más entusiasmo que buenos resultados. Después de tres derrotas consecutivas, el equipo consiguió su primera victoria contra el Agraria por 1-0, de local en la cancha de su vencido. El objetivo de sus pioneros consiste en añadirle al fútbol otras actividades deportivas para las mujeres y también para los más chicos, ya que en 2008 intentarán armar sus propias divisiones inferiores.

El club se inscribió en la Inspección General de Justicia con un estatuto que levanta como principios “generar una nueva cultura solidaria y participativa en los adolescentes y en los niños”. Y el arraigo que empezó a ganar de a poco en la gente provocó que fuera convocado por el municipio de Jesús María para participar en el desfile del 25 de mayo. Sus jugadores mostraron orgullosos la bandera roja con la imagen del Che, como si marcharan durante una de las tantas movilizaciones políticas de la izquierda, aunque en un contexto bien diferente.

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Los jugadores del club Che Guevara en el desfile del 25 de mayo.
 
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