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Con la participación de dieciséis seleccionados nacionales, comenzará hoy en Indianápolis la decimocuarta edición del Mundial de Básquet, que tiene como favorito al Dream Team estadounidense, pero que también contará con otros equipos poderosos como Yugoslavia, campeón en Grecia ‘98 –el Dream Team había presentado un equipo de segunda línea y perdió en semifinales con Rusia–, y que es a priori el único con chances de arrebatarle la ilusión a los locales. Para el seleccionado argentino, cabeza de serie del Grupo D, que a raíz de la experiencia de sus jugadores llega al certamen en su mejor momento y forma, el objetivo es terminar entre los seis mejores del mundo, aunque jugadores y cuerpo técnico son conscientes de que si cumplen una buena labor y cuentan con un buen cruce en cuartos de final, las semifinales no son una utopía.
La expansión al mundo que la NBA experimentó desde hace algunos años se verá claramente reflejada en este mundial, el primero que se juega en Estados Unidos, ya que 13 de los 16 seleccionados –sólo Angola, Argelia y Líbano no tienen en sus filas con un NBA– contarán con figuras que actuaron la última temporada o que jugarán desde la próxima. Sin contar a los del Dream Team, en Indianápolis habrá doce jugadores que tuvieron participación en la última temporada de la NBA. Y cuatro más, entre ellos el argentino Emanuel Ginóbili, están confirmados para sumarse en la próxima edición.
El seleccionado argentino cuenta con uno de los mejores equipos de su historia, puesto que todos sus integrantes se encuentran jugando en las mejores ligas del mundo, lo que les permite obtener el roce internacional necesario para convertirse en uno de los animadores del torneo. Además, el equipo que conduce el cordobés Rubén Magnano, pese a no tener jugadores veteranos (salvo el capitán Hugo Sconochini, de 31 años) acumula mucha experiencia y conocimiento mutuo, ya que la mayoría de sus integrantes vienen jugando juntos desde los equipos de menores.
Con Emanuel Ginóbili, Rubén Wolkowyski, Alejandro Montecchia, Gabriel Fernández, Leandro Palladino, Lucas Victoriano, Hugo Sconochini, Leonardo Gutiérrez, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Juan Ignacio Sánchez y Luis Scola, el objetivo del conjunto nacional es terminar entre los seis mejores del mundial –en Grecia ‘98 terminó 8vo.–, aunque no se descarta la posibilidad de acceder a las semifinales.
Para Estados Unidos ésta será una ocasión inmejorable para demostrar su calidad. Pero la obligación de colgarse la medalla de oro por anticipado puede transformarse en presión y ser aprovechada por el más calificado de sus rivales, Yugoslavia, que se presentará en la meca del básquetbol con un plantel que asusta: el pivote Vlade Divac y el alero Pedrag “Peja” Stojakovic, ambos titulares y figuras de Sacramento Kings, junto a Dejan Bodirogal, el mejor jugador de Europa; a ellos se suman Predrag Drobnjak y Vlada Radmanovich, ambos del Seattle SuperSonics, entre otros.
Luego de la superioridad mostrada en Grecia ‘98 por los yugoslavos, cuando la huelga de jugadores impidió a Estados Unidos formar un conjunto de NBA y fue vencido sin inconvenientes por Rusia en semifinales, en esta oportunidad los dirigentes estadounidenses se inclinaron por conformar un equipo con estrellas de segundo nivel pero con ganas de jugar en equipo: el experimentado Reggie Miller, Jermaine O’Neal, Shawn Marion y Paul Pierce, entre otros. Así las cosas, los doce NBA que presentarán no son ni por asomo comparables con el Dream Team de 1992 –que contó con Michael Jordan, Magic Johnson y Larry Bird–, por lo que su técnico, George Karl, sabe que con su combinado de figuras deberá trabajar duro para que el equipo mantenga el dominio. El Dream Team nunca perdió en sus 53 presentaciones, y sólo Lituania en Sydney 2000 y Brasil en los Juegos de la Buena Voluntad del año pasado estuvieron cerca de ganarle.
La lucha por la medalla de bronce también está abierta, pues cinco o seis seleccionados, entre ellos España, Turquía, Alemania y Argentina, son candidatos al podio. Los resultados de las dos primeras fases marcarán el devenir de equipos como China y Canadá (pese a la ausencia de varios de sus jugadores NBA) y en el caso del primero avalado por los dos jugadores que exportaron a la NBA (Yao Ming y Mengker Bateer), aunque la marginación de Whang ZhiZhi por parte de la Federación de su país, al no cumplir éste con los compromisos adquiridos, le restan posibilidades.