DEPORTES › AQUELLA GOLEADA 6-0 SOBRE PERU ES UNA POLEMICA AUN NO RESUELTA

Aquella goleada 6-0 sobre Perú es una polémica aún no resuelta

Jugadores como Luque, Ortiz y Chumpitaz descalificaron las afirmaciones de un colombiano vinculado con el Cartel de Cali.

Ex futbolistas de las selecciones de Argentina y Perú que fueron protagonistas de la famosa goleada 6-0 en el Mundial 1978 reaccionaron ante la reapertura de la polémica sobre el presunto arreglo de ese partido, provocada por las afirmaciones del colombiano Fernando Rodríguez Mondragón, vinculado con el ya desmembrado Cartel de Cali, respecto de un presunto soborno pagado por los narcotraficantes para que los peruanos se dejaran vencer y de esa manera marginar a Brasil de la final del certamen.

“Viene uno de afuera, nos ensucia con estas cosas y nadie dice nada –se quejó ayer Leopoldo Jacinto Luque, el centrodelantero de aquella Selección Argentina–. Tenemos que proteger un poco más el honor de nuestro país”, sugirió. “Yo pongo las manos en el fuego por mi equipo”, dijo el ex capitán peruano Héctor Chumpitaz. “Aquel partido se jugó en un marco normal.”

Las denuncias sobre posibles arreglos de ese encuentro, que la Selección Argentina necesitaba ganar por al menos cuatro goles de ventaja para acceder a la final del Mundial, son comunes, pero jamás pudieron probarse fehacientemente las sospechas. Aunque, por otro lado, las sospechas jamás pudieron ser despejadas.

Hijo y sobrino de dos capos del desmembrado cartel presos en Estados Unidos, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, Fernández Mondragón escribió en su libro El Hijo del Ajedrecista 2 que los narcotraficantes aportaron 300 mil dólares para arreglar el partido. También aseguró que parte del contrato de Carlos Bilardo con el Deportivo Cali fue pagado por el cartel y que años después le ofrecieron a Diego Maradona unos tres millones de dólares para que jugara durante seis meses en el América de Cali, cuando el club ya era propiedad de los Rodríguez Orejuela.

“No me queda claro qué tiene que ver el Cartel de Cali con un partido en un Mundial”, se preguntó Oscar Ortiz, puntero de aquella Selección Argentina. “Hubo jugadores (peruanos) que jugaron en serio y otros que lo hicieron no tan en serio”, afirmó.

Aquel equipo peruano que había vencido 3-1 a Escocia e igualado sin goles con el subcampeón mundial Holanda en la primera ronda, ya estaba eliminado al momento de jugar contra la Argentina y existía una división en el seno del equipo que dirigía Marcos Calderón, entre los jugadores del Sporting Cristal y los del Alianza Lima. “Como capitán del seleccionado no observé nada irregular ni sospechoso –insistió Chumpitaz, que ejerció ese rol durante trece años–. Además, Calderón era estricto con las concentraciones de los jugadores”, indicó.

“Los ‘tranquilos’ jugaron un partido, no digo amistoso, pero al que no le dieron la importancia que le tenían que dar porque no tenían nada para ganar”, recordó ayer Ortiz. Al minuto de comenzado el encuentro, el puntero derecho Juan José Muñante estrelló un remate en el palo del arco argentino que defendía Ubaldo Fillol. Según Chumpitaz, el elenco peruano “se encontraba debilitado”, mientras que Argentina “estaba con toda su fuerza y nos pasó por encima”.

En Mendoza, Luque cargó contra el colombiano denunciante: “Dice lo que dice sin pruebas, sin nombres”, reaccionó el ex centrodelantero que esa noche del 22 de junio de 1978 convirtió dos de los seis goles del equipo argentino. “Cuando uno denuncia algo, tiene que dar nombres. El tipo escribió estas cosas para vender libros, está claro. De hecho, hasta a mí me dan ganas de comprarlo y leerlo para saber qué es lo que puso”, afirmó.

“De primera mano supimos cómo fue lo del partido de Argentina contra el Perú –dijo en Colombia el autor del libro, que estuvo preso entre 2002 y 2005–. Mi tío (Miguel) tuvo oportunidad de hablar con un gran jerarca del fútbol internacional y le confesó lo del dinero que hubo para el arreglo del partido para sacar a Brasil de la final a cambio de qué y todo.”

Según Ortiz, “por ahí jugaron el encuentro como diciendo ‘nosotros no tenemos nada que ganar’ o en una de ésas no se acostaron temprano la noche anterior”, insistió. “No le dieron bola al partido”, completó.

“Lo que me molesta sobre este tema es que se está jugando con la honestidad de un gran equipo como era el nuestro en ese Mundial –afirmó Luque–. Lo que hizo la dictadura militar fue atroz, pero yo tiraba paredes con (Daniel) Bertoni y con (Mario) Kempes, no con la Junta (Militar).” Luego hizo una especie de autocrítica: “Me dolió mucho no haberme enterado de lo que pasaba. Las estrellas, como lo éramos en aquel entonces, no suelen mirar para el costado. No nos dábamos cuenta”.

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Leopoldo Luque convirtió dos goles aquella noche.
 
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