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La lógica que impera en la AFA por estas horas se podría resumir en el siguiente pensamiento de uno de sus dirigentes más importantes: “Creer que Grondona se quedó con una moneda es olvidar que maneja billones de dólares en la FIFA”. Sin embargo, cuando en 1999 se discutía en la Asociación el Plan de Modernización del Fútbol Argentino, encomendado a la consultora Inmark y que sugería “ordenar y controlar los gastos de los clubes”, nadie hubiera imaginado que el presidente de la AFA se vería involucrado en una causa judicial por aquello que se comprometió a hacer y no hizo.
Entre otras cosas, aplicar el artículo 6º del estatuto modificado el 22 de octubre de 1998 y que en su inciso b, sostiene que las comisiones directivas “no podrán contratar o asumir compromisos que afecten el patrimonio del club por un plazo mayor de dos años...”. Los sistemas adquiridos por San Lorenzo y Boca se abonaron a plazos y “se terminó pagando más de lo que realmente debía abonarse...”.