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El último viernes, bajo el título “Boca juega limpio”, el club publicó una solicitada en algunos diarios en la que califica como “sorprendente” a la decisión adoptada por el juez Juan José Mahdjoubian, quien procesó por administración fraudulenta a su presidente, Mauricio Macri. El texto, que está firmado por la comisión directiva, la comisión fiscalizadora y la mesa de representantes, contiene una serie de inexactitudes.
Sostiene que desde la entrada en vigencia de la normativa (se refiere al decreto firmado por el ex presidente Carlos Menem en diciembre de 1997) “Boca se preocupó en resguardar la seguridad del público, cumplir al máximo con las disposiciones del Comité Ejecutivo de Seguridad y apoyar la acción posterior de la Justicia brindando un sistema con tecnología avanzada, cuya óptima calidad técnica permite aportar pruebas claras a los jueces ante un hecho contravencional o delictivo”. No todo lo que refiere este párrafo es cierto. El 3 de marzo de 1999, quince meses después de aquella decisión del Poder Ejecutivo, la barra brava local emboscó en las tribunas de la Bombonera a un grupo de hinchas de Chacarita durante un partido amistoso, casi de entrenamiento. Por entonces, el secretario de Seguridad menemista, Miguel Angel Toma, responsabilizó a quienes habían organizado el encuentro.
Tampoco es cierto que la seriedad de la conducción boquense “es tan manifiesta que, en toda la gestión, jamás hemos tenido una sola denuncia o casos en los que se cuestionara a la administración”. En efecto, Macri ha sido el único presidente de Boca en las últimas cuatro décadas que sufrió la desaprobación de un balance. Además, el 2 de octubre de 1997 se constituyó por única vez en la historia del club una comisión investigadora que cuestionó una serie de irregularidades de su primer mandato.