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El presidente de Uruguay, José Mujica, afirmó en Montevideo que le gustaría presenciar una hipotética final del Mundial de Sudáfrica entre la selección de su país y la española, que en su opinión “merece” disputarla. “Notable, notable. Se lo merece España ir a una final”, dijo Mujica sobre esa posibilidad.

Mujica desestimó alentar presuntas supersticiones futbolísticas. “Está infectado el Uruguay de cábalas, así que no quiero ser ninguna”, indicó el mandatario, quien dijo no haber hablado por teléfono desde “hace dos o tres días” con los jugadores uruguayos en Sudáfrica, algo que supuestamente había hecho justo antes de los partidos precedentes y al equipo le había dado suerte.

Mujica, de 75 años, evitó hacer comparaciones entre la actual experiencia y la vivida en el país cuando la selección celeste ganó el título mundial de 1950 en el famoso Maracanazo, un momento “que fue glorioso, pero era otro tiempo”, manifestó.

Sobre ese triunfo mundialista recordó que para poder seguir la final, jugada en el Maracaná, “metía el dedo en una radio vieja, de aquellas de válvula, porque de otra manera no se escuchaba”.

El gobernante confesó haber recibido en los últimos días un sinfín de llamadas para que cambie el horario en las empresas públicas y los funcionarios puedan ver el encuentro, ante lo cual advirtió que “el gobierno no tiene que hacer” porque “nadie le va a dar pelota. Cada cual va a hacer lo que se le cante. Lo más sabio es callarse la boca”, argumentó.

Respecto de la eliminación de la Argentina, Mujica afirmó que los uruguayos deben apoyar siempre a los argentinos y a los brasileños porque “son de acá. Nos sentimos contentos cuando vienen a veranear y gastan guita (sic). Los tenemos que querer más, porque hay 400.000 uruguayos del otro lado” del Río de la Plata, concluyó.

Para Mujica, “no hay nada que unifique más al Uruguay” que los jugadores de la selección, que “son un poema. Pase lo que pase, más allá de los resultados, ya ganaron porque nos dieron dignidad como sociedad, nos dieron alegría y nos demostraron algo: que con paciencia, con humildad, se pueden hacer cosas importantes. Es una lección”, concluyó.