Desde Río de Janeiro

“Lo importante era estar en la final, lo pudimos conseguir. Ahora queda un partido para poder hacer historia.” La frase se la dijo Ezequiel Garay a Página/12, antes del duelo trascendental que tendrá la Selección Argentina hoy en Brasil. Y justamente, agrandar esa historia es lo que intentará hacer el marcador central en el mítico estadio Maracaná. Con el de- safío de asumir su primera final mundialista, el ex jugador de Newell’s explica que el grupo se encuentra en un buen momento, y que eso será fundamental para este compromiso ante los alemanes. “Nos toca jugar este partido con un presente bárbaro, todos los chicos están muy bien. Es muy importante que eso suceda para poder afrontarlo. Llegamos de la mejor manera a la final”, destaca Garay.

El rosarino, nacido en octubre del mismo año en el cual se ganó el último título, con Diego Maradona a la cabeza, fue más allá y aclaró el significado de este encuentro: “Todavía no caímos dónde llegamos, es algo impagable. Después de una temporada tan larga, venir a jugar el Mundial y estar acá es impresionante. Pero prefiero que sigamos así hasta después del partido”. En relación con las posibilidades de cada uno, y más allá de que Alemania está con la moral por las nubes por la goleada ante Brasil, el futuro futbolista del Zenit de Rusia señaló que “una final es una final. Somos conscientes de que vamos a jugar ante una selección muy fuerte. Lo que hicieron ellos ante Brasil no es algo que nos perturbe, no se va a dar un partido similar”.

Para Garay, el hecho de que Argentina no esté ofreciendo un fútbol audaz, como el que se vio en la etapa previa, no es una incomodidad para sus integrantes. “En los mundiales tal vez no se puede brindar el mejor fútbol, pero la entrega y la actitud de este grupo son enormes, por eso creo que estamos donde estamos. A mí me parece que más allá de algunas fallas, hay que destacar lo que está haciendo este equipo”, comentó el defensor, de 28 años.

El protagonista, casado hace dos años con la española Tamara Gorro Núñez, cuando se de-sempeñaba en el Benfica de Portugal y estaba muy lejos de imaginarse que en este 2014 estaría a horas de jugar la final del Mundial, elige destacar la solidaridad de todos los integrantes del seleccionado, en lugar de resaltar sólo un nombre. “El compañerismo es excelente, y todos aportamos para llegar hasta acá. Eso es muy importante porque están los que jugaron más y los que jugaron menos, pero todos dieron algo. Por eso sería hermoso que podamos festejar en este partido tan importante”, dice el morocho de 1,92 metro.

–¿Es realmente el sueño de todo futbolista jugar un partido de esta magnitud?

–Seguro. Estar acá es un privilegio. Hubo grandes jugadores a lo largo de la historia que no han podido jugar un partido así, por eso hay que darle mucho valor. No es algo que ocurra con frecuencia.

–¿Te pusiste a pensar qué puede pasar después de la final?

–Pensé muchas cosas, pero no hay que adelantarse. La ansiedad es grande y debemos seguir como lo venimos haciendo.

La imaginación de Garay tendrá que ver mucho con el éxito, como le viene sucediendo a la Selección Argentina en el Mundial. En este caso, él se inclina por bajar el perfil y espera responder en la tarde de hoy de la mejor manera.