Viernes, 9 de octubre de 2015 | Hoy
DEPORTES › LOS INTERROGANTES QUE DEJA LA DERROTA FRENTE A LOS ECUATORIANOS
Las similitudes entre la caída de ayer y la inolvidable goleada sufrida, también en cancha de River, ante los colombianos en el 93. Las críticas que caerán sobre los errores de Martino y las fallas de los jugadores.
Por Juan José Panno
Los rivales tenían camiseta amarilla, pantalones azules y media rojas, y los hinchas visitantes que ocupaban algunos rinconcitos del Monumental terminaron cantando ole, ole, como ayer, mientras algunos hinchas argentinos hacían cola para irse rápido mientras otros silbaban a los jugadores y vaticinaban el fin de esas Eliminatorias, el fin del Mundial del 94, el fin del mundo.
Pasaron 22 años desde aquella catastrófica derrota y ayer dieron una especie de remake en el mismo escenario. Aquella derrota fue contra los colombianos en el último encuentro de las Eliminatorias del 93 y condenó a Argentina a jugar el repechaje contra Australia para conseguir una plaza para el Mundial. No hay un solo colombiano amante del fútbol que no tenga registro de aquella paliza histórica. No hay por estas horas ningún ecuatoriano que no se sienta inmensamente feliz y que no le de el carácter de hazaña a la victoria de los suyos.
Aquella vez había sido 5 a 0; esta vez fue apenas 2 a 0, pero es inevitable la comparación y más aun si se conoce el dato de que la caída contra los colombianos había sido la última de la Selección por una eliminatoria en el estadio de River.
Una curiosidad adicional es que una de las figuras de los colombianos en el 93 había sido Adolfo “Tren” Valencia y que anoche, otro Valencia, Antonio, fue uno de los que más aportaron para la victoria de su equipo, protagonista central en el segundo gol de Caicedo, el que liquidó el partido.
Una de las diferencias, más allá del resultado, es que en aquella oportunidad Argentina había tenido muchas situaciones de gol en el primer tiempo, pero los colombianos fueron contundentes en la llegada al arco.
Un punto en común es que en ambos casos el resultado puede considerarse injusto, pero de ninguna manera inmerecido.
En estos días, como le pasó a Basile (que terminó armando un gran equipo para el 94, vale recordarlo) al Tata Martino le van a caer con todo y tendrá que hacerse cargo de los errores propios y de las fallas de los jugadores, empezando por Mas que estaba muy nervioso y no paró a nadie que avanzara por su sector. A Martino también le van a decir que el único que lo puede salvar es Messi y se lo van a decir muchos de los que dicen que Messi es un pesetero y que no juega en la selección con las ganas con las que lo hace en el Barcelona y también le van a cuestionar que no lo puso antes a Tevez o bien para qué lo puso a Tevez, porque en general los que odian a Boca creen que lo único que hace Tevez es barullo.
Al equipo se le puede cuestionar que pareció perdido y confundido en algunos pasajes del partido, que no tuvo precisión en la salida, que no pudo salir del ahogo a que lo sometían los ecuatorianos con la marca a presión sobre los encargados de elaborar juego que son Biglia y Pastore y Di María no pudo hacerse cargo de todo, aunque lo intentó e hizo un gran despliegue.
El partido dejó muchas preguntas, algunas sin respuesta. ¿Por qué Gerardo Martino sacó a Pastore, como lo hacia habitualmente en el campeonato de la Copa América y lo puso al Pocho Lavezzi? ¿Cómo se explica que el equipo de Ecuador llegara al primer gol en su peor momento, cuando sus ataques ya habían perdido pimienta? ¿Acaso por esas cosas locas que tiene el fútbol? ¿Cuánto influye en el animo del equipo la ausencia de Messi? Mucho seguramente. En el animo de los propios y en el miedo que los rivales dejan de temer cuando no juega. Y si pasa, como ayer que se lesiona el Kun Agüero, el problema se amplia.
Las Eliminaatorias recién empiezan pero se prendió una luz amarilla en el camino. Tan amarilla como las camisetas de los ecuatorianos.
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