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“Mi objetivo es estar entre los tres primeros del mundo”, dijo David Nalbandian la semana pasada al debutar con éxito en Australia. Pero al caer en cuartos de final ante Hewitt en un partido que se le escapó por poco, dejó pasar una nueva oportunidad de acercarse a ese objetivo.
Precisamente Hewitt ocupa en estos momentos el tercer puesto en el ranking mundial, meta a la que aspira Nalbandian en 2005. Ayer apareció esa leve diferencia que separa a los tres primeros del mundo de los demás. Nalbandian, noveno jugador del mundo, perdió por pequeños detalles en un duro quinto set que se llevó el australiano por 10-8.
“Jugó bien los puntos importantes. En un quinto set se necesita un poco de suerte, y en los puntos decisivos él jugó bien o yo hice un error”, analizó el argentino tras el partido, resumiendo la diferencia existente entre uno y otro.
Hewitt logró 158 puntos en todo el partido por 153 de Nalbandian. Esos cinco puntos marcaron la diferencia entre estar en semifinales con los más grandes (Roger Federer, Andy Roddick y Marat Safin) o quedarse en unos meritorios cuartos de final.
“Lo que determina un partido es un punto, y él jugó mejor”, insistió. Hewitt sacó su orgullo de campeón y salió de las situaciones de presión, las más decisivas, con su mejor tenis: servicios demoledores en momentos importantes y golpes ganadores. “Tengo que tener más determinación y atacar más”, dijo el argentino cuando se le preguntó qué es lo que tiene que mejorar en su juego.
Nalbandian llegó a la final de Wimbledon en 2002 y a las semifinales del US Open en 2003, hasta ahora sus mayores logros en Grand Slam. Perdió claramente la final en Londres ante Hewitt, al que nunca venció en sus tres enfrentamientos. Tenía 20 años y el logro de llegar a una final histórica para el tenis argentino mitigó el dolor de la derrota.
En Nueva York, un año después, perdió un partido que tenía ganado ante Andy Roddick. Ganó los dos primeros sets 7-6 y 6-3 pero perdió el partido por 7-6, 6-1 y 6-3 en los tres posteriores pese a disponer de un match point. Roddick ganó después el título y al poco tiempo fue número 1 del mundo.
El cansancio y las molestias físicas afectaron a los dos jugadores en el épico quinto set. “Jugó como cuando era número 1”, concluyó Nalbandian sobre su rival, ahora número 3. Esa es la meta que quiere alcanzar el argentino, que demostró seguir aún un escalón por debajo.