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En el último número de la revista mensual brasileña Caros Amigos, un medio que investiga a fondo temas de corrupción, se publicó un minucioso informe sobre el caso MSI-Corinthians, con detalles hasta ahora inéditos de las conexiones entre la mafia rusa y el prestanombres iraní, Kia Joorabchian.
Según pudo constatar un equipo de periodistas, el extraño hombre de negocios posee nueve empresas con sede en Londres, todas ellas registradas en la calle Kingsway 71, 5° piso, una avenida importante de Holborn, en el centro de la capital inglesa. Siete de ellas, inclusive el fondo Media Sport Investement, tienen un capital social de mil libras esterlinas. Sólo poseen una cifra sustancialmente mayor una firma de compra y venta de automóviles y una distribuidora de combustibles que, en rigor, pertenecerían a su familia.
Un cronista de Caros Amigos comprobó que ni el portero del edificio de Kingsway 71 conocía al MSI. Y en las oficinas del 5° piso, una secretaria se negó a dar precisiones sobre las empresas. Otro periodista entrevistado por la revista, Raf Shakirov, quien conoce los pormenores de cómo intervino el iraní en la compra del periódico ruso Kommersant, cuando se enteró de que Kia había desembarcado en Brasil, exclamó: “¡Oh, no!”, y enseguida definió la actividad del personaje con una frase muy peculiar: “El se tornó un autor de negocios, cuando alguien no quiere aparecer, puede contratarlo”.
Boris Berezovski, uno de los empresarios sindicados como integrante de la mafia rusa, es su más probable empleador. Con frecuencia, ambos fueron vistos juntos en Londres, y si ahora la aventura en el Corinthians les sale como esperan, irán por más. El bueno de Boris pretende construir un gigantesco estadio para el club paulista, porque, según dice, “Brasil tiene muchas chances de ser la sede de la Copa Mundial en 2014”.