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El entrenador de Brasil, Carlos Alberto Parreira, aseguró que la final de la Copa de Confederaciones, mañana contra la Argentina, será distinta a la última versión del clásico sudamericano que se jugó en Buenos Aires y que terminó con una victoria de la Selección albiceleste. “Había mucha presión favorable a la Argentina y esta vez, jugaremos bajo condiciones distintas”, dijo Parreira. Sin embargo, el seleccionador admitió que el partido va a ser difícil y expresó su respeto por el rival, formulando especiales elogios a Juan Román Riquelme y a Juan Pablo Sorin.
“Riquelme es un jugador que decidirá el partido si le dejamos espacio. Puede decidirlo con un tiro libre, con un pase en profundidad, o con un disparo de larga distancia. Es un gran jugador, y pienso que es el mejor futbolista argentino de la actualidad”, dijo Parreira. Sin embargo, el habilidoso mediocampista no es la única preocupación para la final de mañana. “Ni siquiera sabría cómo definir a Sorin. Está en todos lados, es incansable. En un instante está atacando en el área y un minuto después está ordenando la defensa o alentando a sus compañeros. Tiene un corazón impresionante, una entrega fenomenal, y siempre es peligroso”, comentó Parreira.
Además de los dos, apuntó, la selección dirigida por José Pekerman “tiene una muy buena defensa. En general, es un equipo con excelentes jugadores. Si no apretamos y cerramos los espacios, estaremos en problemas”. Según Parreira, la Argentina también tiene “una gran flexibilidad táctica, es capaz de comenzar con dos mediocampistas y pasar a tener tres, alternar los atacantes. Y todos los jugadores tienen gran calidad”.
Kaká también destacó la tensión que provoca el rival. “La definición de un título entre Brasil y la Argentina es siempre un partido histórico, como ha sido la final de la Copa América. Para ellos, el partido tendrá sabor a revancha”, dijo Kaká, en referencia a la final que Brasil ganó en los penales, tras igualar 2-2 con un tanto de Adriano en el último minuto.