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Si hay algo que funcionó en beneficio de los jugadores, acreedores vitalicios de sus clubes al borde del quebranto, fue el fideicomiso que se acordó para pagarles viejas deudas el 20 de mayo del año pasado. “Si no sucedía la crisis de diciembre, era brillantísimo”, comentó Sergio Marchi, el máximo dirigente de Agremiados. El ex futbolista de Gimnasia y San Lorenzo, entre otros equipos, aludió así a la pesificación que sobrevino a partir de enero y que, sin embargo, alcanzó al 52 por ciento de los montos reclamados.
Hasta los últimos días del 2001, la mayoría de los profesionales que habían exigido mediante un par de huelgas el pago de sueldos, premios y primas atrasadas, recibieron los importes en dólares. Según Marchi, se trató del 80 por ciento de casi 3 mil jugadores. Un porcentaje que reunió a aquellos que tenían para percibir las sumas más pequeñas. Hoy, apenas quedarían unos 350 afiliados con el restante 20 por ciento de los créditos a cobrar.
El plan de pagos se ha ido cumpliendo en los plazos previstos. En junio pasado se abonó la novena cuota de un total de dieciocho. Los montos están avalados por los documentos que presentó la AFA del quinto partido televisado y el contrato en dólares que mantiene con Adidas. Cuando se cancele la última cuota, los clubes habrán pagado en un año y medio casi 60 millones entre dólares y pesos. Una suma que era de vieja data. Los reclamos, en algunos casos, llegaban a cinco años atrás.