El médico de Diego Maradona, Alfredo Cahe, admitió ayer que el ex futbolista, afectado por una depresión, cometió excesos “de alimentación y de bebida” en los últimos tiempos. “Diego estaba bastante mal anímicamente por problemas familiares que no voy a considerar; tenía cosas importantes que no podía manejar, y eso lo había llevado a un estado depresivo”, dijo.

Según el médico, Maradona no quería que lo internaran. “Se despertó esta madrugada (por ayer) a las 2.30 y me insultó. Lo volvieron a sedar y se durmió”, comentó. “Era necesario ingresarlo en un sanatorio”, afirmó Cahe, quien recordó que “hace unas semanas ya se había contemplado esta posibilidad, pero Diego se levantó y se fue. Había aumentado mucho de peso y se había hinchado; ahora deberá estar internado varios días”, añadió.

“Lo que me preocupa de Diego son sus entornos cambiantes, porque todos los que se le acercan lo hacen para aprovecharse de él. Desde que empezó con el showbol que come y bebe inadecuadamente”, comentó. “Maradona está cuatro kilos arriba y la ingesta de líquidos lo hinchó mucho. Porque Diego nunca tomó ni bebió y después de abandonar la cocaína no podía hacerlo. Pero ahora fuma cuatro habanos por día y bebe, aunque no como un alcohólico consuetudinario”, explicó el médico.

“Conociéndolo a Diego, se sabe que ese tipo de terapia (psicológica) no funcionaría. El se resiste a ello. Es muy especial.” Al respecto, precisó: “Muchas veces, la mejor forma de entrarle fue escribiendo. Yo le anotaba algunas indicaciones y él me respondía de manera muy coherente”.