DIALOGOS › ¿POR QUE JORDI BORJA?
Sacar la “losa de silencio”
Por L. P.
“Si nuestra patria es la infancia, entonces la mía es Barcelona como lugar concreto, y lo catalán como entorno familiar y social”, dice Jordi Borja, militante clandestino antifranquista desde 1960, geógrafo y urbanista que desde entonces concibió al urbanismo como práctica transformadora de la realidad, ex teniente alcalde de Barcelona y antes y ahora pensador, intelectual preocupado por América latina (de la que se enamoró hace tiempo), la política, la historia, la memoria. Hace cinco años Borja organizaba el “V Memorial Octavio Pellissa” sobre Olvido, Memoria y Comisiones de la Verdad convocado por el Centro de Trabajo y Documentación de Barcelona, jornadas en la que los representantes de Guatemala, Sudáfrica, Chile y Argentina expusieron su experiencia y reconocidos estudiosos españoles analizaron los efectos de la represión franquista. Ese fue uno de los tantos hechos de los últimos tiempos dirigidos a promover acciones para eliminar la “losa de silencio” impuesta por el pacto del olvido que selló la transición hacia la democracia.
“Hoy existen en España una intelectualidad, una burocracia y unas bases sociales que expresan valores y tienen comportamientos más próximos al fascismo, por ahora blando, que a las ideas y prácticas democráticas. El paisaje político se ha degradado hasta un punto que era impensable hace veinte años. Los silencios pasados han permitido que resucitara lo peor, lo más intolerante y mezquino de la cultura política y de los sentimientos colectivos” señala Jordi Borja en Memoria histórica y progreso democrático, un trabajo presentado en julio de este año en un Encuentro realizado en Santiago de Chile. En ese marco, en el de la reflexión sobre lo vivido desde la transición a la democracia, se inscribe esta entrevista a Borja, de paso por Buenos Aires, donde participó de un Encuentro sobre “Economía y Etica” invitado por el Ministerio de Economía. “La urgencia es ganar nuevamente la batalla cultural”, dice y se apasiona, seguramente como toda la vida, por dar la batalla en esta “nueva oportunidad” que, espera, “quizá se nos presenta ahora”.