El Gobierno tiene previsto recibir a las entidades del campo entre mañana y el jueves para retomar el diálogo. Fuentes del Palacio de Hacienda señalaron ayer a Página/12 que la intención es tener un primer contacto durante esos días porque el jueves a la noche el ministro de Economía, Martín Lousteau, viajará a Washington para participar de la Asamblea del Fondo Monetario Internacional. Durante la última semana, los técnicos del ministerio han estado trabajando contrarreloj para terminar de delinear las medidas que anunció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el lunes pasado en la Casa Rosada. Uno de los temas que promete ser más conflictivo es el reintegro anunciado para los pequeños y medianos productores.

En medio del lockout, el Gobierno aseguró que al 80 por ciento de los productores se les reintegrará de manera automática en una cuenta bancaria el último aumento de las retenciones. De esa forma logró descomprimir la situación, pero hasta el momento hay más dudas que certezas. En el sector no tienen claro quiénes van a cobrar, cómo se calculará el monto que recibirá cada uno, qué documentación deberán presentar y cuánto tiempo tardará el Estado en depositarles el dinero.

Los técnicos del ministerio estuvieron definiendo en los últimos días los criterios que se tomarán en cuenta para conformar el registro de productores habilitados, pero todavía no dejaron trascender detalles. Lo único que se sabe hasta el momento es que podrán cobrar aquellos que produzcan menos de 500 toneladas, pero se desconoce si sólo podrán hacerlo los propietarios o si también tendrán alguna posibilidad quienes arriendan la tierra o están ocupando parcelas en situación legal irregular, tal es el caso de muchos productores rurales del noroeste.

Otra cuestión a resolver es qué pasará con aquellos productores que tienen una chacra que produce menos de 500 toneladas y además participan en otras sociedades jurídicas que explotan campos que también cumplen ese requisito, ¿cobrarán por todos los campos donde tienen intereses o sólo por uno? También hay dudas sobre lo que pasará con aquellos chacareros que producen menos de 500 toneladas de soja, pero superan esa marca con sus otros cultivos, ¿se tomará en cuenta el cultivo predominante de cada productor o la suma de todos sus cultivos? Es obvio que si se toma el segundo criterio el beneficio le correspondería a menos productores.

Otro problema es el alto porcentaje de la producción que se comercializa en negro. Para cobrar habrá que presentar la factura. Por lo tanto, sólo cobrarán el reintegro sobre el monto que figure en ella. En el Ministerio de Economía afirman que quieren articular una política conjunta con las entidades para impulsar un blanqueo generalizado de las operaciones, pero no será fácil superar la desconfianza de los productores. Muchos prefieren seguir vendiendo en negro y no cobrar el subsidio, pues tienen la expectativa de que las reglas de juego puedan cambiar. Eso ocurrió cuando se comenzaron a pagar las compensaciones. Los productores trigueros prácticamente no se presentaban y pedían que el subsidio lo cobraran los molinos porque no podían presentar la documentación exigida por la Oncca. Los molinos, por su parte, también resistían el subsidio por el mismo motivo y pedían que se les pagará a los productores dejándoles a ellos vender a precio de mercado.

Las entidades también dejaron en claro que no quieren discutir sólo sobre los reintegros. Les interesa poner en revisión la política para los mercados de la carne y la leche. Además, los productores más grandes llegarán a la mesa de diálogo con la firme intención de forzar una modificación de la “tablita” que fija la alícuota de las retenciones móviles, de acuerdo con la cotización internacional de los cereales.