La Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), junto con la Municipalidad de Tigre, realizó ayer un megaoperativo en los barrios cerrados Santa Catalina y Santa Bárbara, donde detectó deudas fiscales que ascienden a 6,3 millones de pesos.

“Hemos encontrado en estos complejos de barrios cerrados más de 690 propiedades no declaradas, con casi 200 mil metros y una deuda superior a los seis millones de pesos”, afirmó el director ejecutivo de ARBA, Santiago Montoya, al encabezar el operativo de fiscalización junto a 60 inspectores. Según explicó el funcionario, desde hace ocho meses “hemos hecho tres tandas de intimaciones y no hemos logrado que regularicen la situación”. En ese sentido, subrayó que “ya se termina el tiempo, hay un plan de pago que termina el 18 de abril; ya no podemos esperar más”. El fisco bonaerense realizó una investigación utilizando tecnología satelital, cartografía digital e información gráfica y alfanumérica, mediante la cual determinó que entre los barrios Santa Catalina y Santa Bárbara hay unas 690 construcciones, que suman 188.000 metros cuadrados, que no fueron declaradas. Específicamente en el caso del country Santa Bárbara, de unas 700 propiedades, el 80 por ciento ya fueron declaradas; en tanto, unas 120 permanecen sin declarar. “Tenemos que cumplir con esa gente, tenemos que recaudar, pero también tenemos que asegurarnos de que la ley sea pareja para todos”, evaluó Montoya.

Las parcelas de estos barrios náuticos presentan irregularidades administrativas, ya que si bien están realizadas las subdivisiones tentativas de loteo, ya hay edificaciones en condiciones de habitabilidad y de-sarrollos de tipo comercial que se encuentran alcanzadas por las obligaciones tributarias vigentes y nos las cumplen por demorar los plazos de presentación de los trámites, como por ejemplo el legajo de mensura, informó ARBA. “Tenemos un 50 por ciento de incumplimiento de los locales comerciales que están en el patio de servicios interno, incluso casos de incumplimiento en el pago de las patentes de vehículos que entran y salen de estos barrios cerrados”, agregó Montoya.

Las viviendas sin declarar tributan como terrenos baldíos, con lo cual evaden un alto porcentaje del correspondiente impuesto. “Obviamente todos los que pagan como terrenos baldíos están pagando muchísimo menos de lo que corresponde”, señaló Montoya, quien estimó que una vivienda de 200.000 dólares que hoy paga como terreno baldío “tendría que estar pagando unos 3000 pesos al año más de lo que paga”. En este contexto, el funcionario sintetizó: “Necesitamos dar un paso adelante en materia de cumplimiento, y necesitamos que lo hagan todos los vecinos de estos countries”.