Desde Rosario

Según la Aduana, durante mayo ingresaron al puerto de Rosario, salida del 80 por ciento de las exportaciones granarias del país, 136 barcos de carga cerealera, sólo tres menos que en el año anterior. Mientras que en Venado Tuerto, una localidad santafesina próxima, la venta de motos y autos aumentó un 50 por ciento en relación con el mismo semestre del 2007. Como si en uno de los centros agrícolas más importante del país, ayer sede del primer precoloquio de IDEA, hubiera transitado indemne los 101 días del lockout. Por otro lado, durante el conflicto la actividad inmobiliaria en esta ciudad se paralizó, al igual que el movimiento financiero. Los empresarios convocados en esta ciudad advierten que esas últimas señales provocarán un parate “inevitable” si el conflicto con el campo se prolongara. En este ámbito, las retenciones siguen siendo antipáticas, aunque no condenables.

Arturo Acevedo, de Acindar, asegura que perdió exportaciones debido a una baja en la producción propiciada tanto por las rutas bloqueadas como por la falta de gas y los cortes de electricidad. Sostiene que las expectativas de la actividad para el segundo semestre son mediocres. Clarisa Estol, presidenta del Banco Hipotecario, admite que los préstamos inmobiliarios vienen en picada. Diagnóstico en tono similar al de Miguel de Achával, de la productora de carne Cactus: la empresa va a invertir varios millones de dólares en feed-lot, pero indica que en lo inmediato la producción frigorífica está resintiéndose por el conflicto y por la prohibición de exportar.

Otros sectores sobreviven con aparente indiferencia a los piquetes y escarceos entre el Gobierno y ruralistas, el automotriz entre ellos. Volkswagen, como el resto de las automotrices, exporta la mayor parte de lo que fabrica. Su volumen de producción no se alteró y hasta pudo sortear la medida de fuerza de los transportistas porque produce partes que tienen opciones alternativas al camión para distribuirse.

Rosario es en esta fecha sede habitual para la primera reunión anual del Instituto del Desarrollo Empresarial, que por segundo período consecutivo comanda el director general de Microsoft, Gustavo Ripoll. Esta vez las circunstancias favorecieron el éxito del encuentro, que hubiera tenido otro clima y asistencia con las rutas bloqueadas: el envío del tema al Congreso garantizó una afluencia de casi cuatrocientos ejecutivos de empresas de todos los rubros, que se inscribieron a último momento. Lo que no pudo conseguirse fue la visita de un funcionario de nivel nacional de jerarquía, tal como se habían comprometido desde el Gobierno. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, era nombre puesto para asistir y, eventualmente, defender en este escenario la estrategia oficial en materia de retenciones, pero se excusó por problemas de agenda.

Los Derechos de Exportación son tema de discusión teórica desde hace tiempo en IDEA. La posición básica es que “no es justo gravar un ingreso”, sino que lo razonable sería capturar la renta. Sin embargo, en este contexto de altos precios de los granos, los mismos ejecutivos que en otro momento censuraban sin vueltas el tributo por “distorsivo”, hoy admiten que tiene razón de ser. Lo que cuestionan a coro es el manejo que el Gobierno hizo de la controvertida resolución 125.

“No es conveniente ni la movilidad ni anunciar una suba después de la siembra y cerca de la cosecha”, setenciaba ayer un hombre de IDEA y ex ejecutivo de Techint. “El Gobierno creó un conflicto donde no tenía por qué haberlo”, se quejaba el propietario y titular de una importante siderúrgica. El consultor y agente de Bolsa Jaime Abut, presidente de la sede local de IDEA, se anima a sugerir directamente una fórmula para gravar las ventas del campo: “Las retenciones no tendrían que superar 35 por ciento, deben ser impuestas por el Congreso y tienen que ser coparticipables”. Palabras más, palabras menos, un modelo que a los concurrentes les suena viable.

Lejos de ser una estrategia de marketing, el temario de este coloquio fue definido hace meses y es oportuno: “El tsunami de los alimentos” convocó a expositores que dejaron en claro fortalezas de la coyuntura y debilidades del campo. Para el consultor y ex secretario de Agricultura Marcelo Regúnaga, los altos precios de los commodities están garantizados para rato aunque “hoy la producción agrícola tiene costos mucho más altos que antes”. Para Achával, de Cactus, la producción de carne tiene un horizonte espectacular, en particular si es de buena calidad, porque el corte Hilton subió un 45 por ciento en dólares contra un 24 del promedio general.