ECONOMíA
Lavagna lleva en su maleta datos como para matarlos de envidia
El ministro de Economía no viajó desarmado a la reunión del Fondo Monetario. Para que impresione a sus interlocutores le prepararon un juego de cuadros que muestra lo bien que está reaccionando la Argentina tras el cataclismo. Tal vez logre convencerlos.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, está convencido de que mañana es el día D: las reuniones que mantendrá con el secretario del Tesoro norteamericano, Paul O’Neill, y el titular del FMI, Horst Koehler, serán la última oportunidad para evitar el default con los organismos financieros internacionales. Por eso se fue bien pertrechado: lleva en su portafolios una carpeta con gráficos de 16 indicadores económicos que, según palabras del ministro, demuestran que la Argentina está saliendo del caos en el que cayó luego de la devaluación y que el plan sustentable que le están exigiendo ya está desarrollándose y con éxito. Aunque la sensación térmica diga lo contrario, porque la mayor parte de la población aún no percibe los beneficios del presunto repunte, los datos, vistos en conjunto, son contundentes. En el segundo trimestre el PBI creció un 0,9 por ciento con respecto al primero; en el mismo período el PBI industrial aumentó un 5 por ciento; la demanda de energía eléctrica se incrementó un 10 por ciento en los últimos cuatro meses, y la demanda laboral subió un 11 por ciento desde febrero. Para demostrar que el país podrá pagar sus deudas en el futuro, el ministro exhibirá el aumento de la recaudación tributaria y una caída del gasto público en moneda constante del 30 por ciento. Un dato que Lavagna preferiría no mostrar en el país, porque refleja la pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones y los salarios estatales.
Lavagna está convencido de que los funcionarios del FMI no comprenden lo que está ocurriendo en la Argentina. Y que esa es la razón por la que no se animan a firmar un nuevo acuerdo. “Siguen reclamando un plan sustentable, pero ese plan está en ejecución desde hace cinco meses y anda muy bien”, le aseguró a Anne Krueger en su última comunicación telefónica. “Vamos a caer en el default más estúpido de la historia”, disparó antes de cortar. Antes le había asegurado que lo único que puede detener el resurgimiento de la economía es que el país entre en cesación de pagos con el FMI. “En ese caso –sentenció–, ustedes están siendo parte del problema y no de la solución.”
Horas antes de su viaje, Lavagna se reunió con el grupo más íntimo de sus colaboradores y les dijo que los técnicos del Fondo siguen con los números de hace seis meses en la cabeza. “De otra manera, Anne Krueger no hubiese declarado el jueves que el PBI argentino va a caer un 16 por ciento ni seguirían reclamando por los amparos, que dejaron de ser un problema hace dos meses”, reflexionó. Ahí decidieron armar los gráficos que el ministro se llevó a Washington. Lo que sigue son los 16 indicadores que mañana conocerán O’Neill y Koehler.
- PBI: En el segundo trimestre, el Producto Bruto creció un 0,9 por ciento con respecto al primero. En los últimos cuatro años, esto había ocurrido sólo dos veces: en el cuarto trimestre de 1999, repunte que el entonces ministro, José Luis Machinea, se encargó de abortar con un impuestazo, y en el tercero del 2000. Según Lavagna, en lo que queda del año la economía seguirá creciendo tibiamente, y para diciembre se podrá declarar el fin de la recesión. La importancia del dato –para el FMI– es que sólo una economía en crecimiento podrá hacer frente en el futuro a los compromisos externos incumplidos.
- PBI Industrial: También en el segundo trimestre, el Producto Industrial tuvo un significativo aumento del 5 por ciento con respecto al primero. Se debe al aumento de las exportaciones y a la sustitución de importaciones. Este es uno de los datos que el ministro usará para demostrar que el país tendrá el superávit comercial que necesita para hacerse de divisas suficientes como para pagar su deuda.
- EMI: El Estimador Mensual Industrial mide la evolución de la industria mes por mes. En agosto este indicador creció un 3 por ciento, confirmando el repunte que viene exhibiendo desde abril.
- Demanda de energía eléctrica: El consumo de electricidad mayorista, es decir, el de las empresas, también viene creciendo desde abril. En total acumula un aumento de consumo del 10 por ciento en cuatro meses. Esto ratifica el crecimiento de la producción.
- Demanda laboral: Este indicador viene creciendo desde febrero. Sólo en junio tuvo un leve retroceso y luego retomó el aumento. En total la demanda de trabajo subió un 11 por ciento en seis meses, dato que confirma el incremento en el nivel de actividad.
- Superávit primario: En agosto, el sector público no financiero tuvo un saldo positivo –sin contar los pagos de intereses de deuda– de 697 millones de pesos. Hasta abril tenía déficit. Este indicador demuestra que el Estado cada vez obtiene un excedente más importante que puede utilizar para cancelar deudas. Si se anualiza el resultado de agosto, en los próximos doce meses podría pagar 2300 millones de dólares.
- Ingresos: El superávit arriba mencionado se generó, fundamentalmente, por un constante incremento en la recaudación tributaria, fruto de las retenciones a las exportaciones y de la inflación. Los ingresos pasaron de 3050 millones de pesos en abril a 4898 millones en agosto.
- Gasto primario (excluye intereses): El mes pasado el sector público nacional gastó sólo un 5 por ciento más que en enero. Es decir que la mayor recaudación no derivó en un aumento del gasto, como ha sido costumbre en la Argentina en las últimas décadas.
- Gasto deflacionado: Lavagna piensa que este indicador es una prueba irrefutable de apego a las recetas del Fondo. El Estado mantuvo el gasto planchado a pesar de que la combinación de los índices de precios mayorista y minorista creció un 72 por ciento en el año. Dado que en el Presupuesto 2003 el Estado no prevé aumentar jubilaciones ni salarios, el gasto deflacionado seguirá cayendo. Como lo más factible es que la recaudación siga creciendo por efecto de la inflación, el Estado contará cada vez con más recursos para pagar deuda.
- Intervención cambiaria: Uno de los reclamos que aún mantiene el Fondo es que el Banco Central deje de intervenir en el mercado cambiario para evitar que siga perdiendo reservas. El gráfico que lleva el ministro demuestra que en los últimos tres meses el Central no sólo no las perdió, sino que compró 2500 millones de dólares más que los que le vendió al mercado. Y que, además, el dólar se mantuvo en el mismo precio.
- Redescuentos: El FMI insiste en que se deben frenar los amparos judiciales que liberan fondos del corralón, para que el Central no tenga que seguir asistiendo a las entidades financieras con redescuentos. Pero los amparos hace meses que están en retroceso. Por eso los redescuentos cayeron de un promedio de 2000 millones de pesos mensuales que el Central entregaba hasta mayo a 208 millones en agosto.
- Depósitos del sector privado: A partir de julio dejaron de caer. En dos meses crecieron 1000 millones de pesos, por efecto de la caída de los amparos y de nuevos depósitos. Es un tenue avance en la normalización del sistema financiero, tema recurrente en los reclamos del FMI.
- Tipo de cambio futuro: En junio el dólar a tres meses cotizaba a seis pesos. En la actualidad bajó a 4,50. Este indicador es una muestra de que los mercados piensan que el programa monetario del Gobierno puede cumplirse. Hasta ahora el Fondo ha insistido en que el equipo económico no puede garantizar que sus proyecciones para el 2003, entre ellas la que se refiere al tipo de cambio, puedan concretarse.
- Lebac: Son las letras que licita el Central para absorber pesos del mercado con la intención de que no se vayan al dólar. En junio la entidad monetaria pagaba un 120 por ciento de interés anual para captar fondos a 14 días. En la última licitación pagó un 31 por ciento. Es otra señal de que el mercado no está viendo un dólar en alza en el futuro inmediato. (Obviamente, lo sucedido en el mercado los últimos días, y particularmenteel viernes, refleja una atmósfera más cargada, en parte como reflejo del deterioro en Brasil.)
- Inflación: El índice de precios minorista sigue en alza, pero cada mes que pasa registra un aumento menor. Del 10,4 por ciento de abril pasó a 2,3 por ciento en agosto, y para setiembre se prevé que crecerá sólo un 1,5 por ciento. Con este dato el ministro quiere demostrarle al Fondo que el país consiguió realizar una devaluación competitiva, que le permitirá mantener un alto superávit comercial durante mucho tiempo. Así conseguirá la Argentina los dólares suficientes para cumplir con sus compromisos.
- Exportaciones e importaciones: Con este gráfico el ministro quiere mostrar el saldo comercial ampliamente superavitario, pero además explicar que también está cambiando la composición de las importaciones. En este momento está creciendo la importación de bienes intermedios, que la industria utiliza para fabricar sus productos.