ECONOMíA › POR PRIMERA VEZ, HUBO VARIOS GUIÑOS DE WASHINGTON
Cambió el clima con el Fondo
Lavagna negocia un acuerdo de corto plazo, de seis a doce meses, para allanar la transición electoral. Mañana: reuniones clave.
El ministro Lavagna está convencido de que, en apenas un día, el clima cambió. Primero, el indio Anoop Singh, jefe del Departamento Occidental del Fondo Monetario, dijo que veía “señales alentadoras” en la Argentina. Después, el Grupo de los Siete países más industrializados, mediante un comunicado, señaló que “está listo” para ayudar a la Argentina a través del FMI “en el contexto de un programa sostenible”. Finalmente, el Comité Directivo del Fondo destacó los “pasos positivos dados en los meses recientes”. Todo en un día. En el equipo económico dicen que están negociando un acuerdo de corto plazo –de 6 a 12 meses–, que podría cubrir la renovación de vencimientos hasta unos meses después de asumido el próximo gobierno. Por eso, ya nadie habla de default con los organismos internacionales. Pero la posibilidad sigue abierta, porque el Gobierno mantiene su decisión de no pagar con las reservas los vencimientos de octubre por más de 1000 millones de dólares con el Banco Mundial.
“Mejoró mucho el clima. Ahora estamos negociando un acuerdo para la transición, para refinanciar los vencimientos (de deuda con los organismos) por los próximos 6 o 9 meses”, comentó un funcionario del equipo de Lavagna a este diario. Otro habló de la posibilidad de que el acuerdo se estire hasta un año. Lavagna sólo repitió que “no hay cuestiones pendientes insalvables” para cerrar un acuerdo. Pero, por primera vez, se refirió a dos programas distintos. Uno, de corto plazo, que tendría una duración de entre seis a doce meses, para allanar la transición electoral. Recién después se buscaría, con los equipos técnicos del nuevo gobierno, una programa “para dos o tres años” que incluiría un compromiso sobre la puesta en marcha de reformas estructurales, reconoció el ministro.
Anoche, Lavagna, el presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, Anoop Singh y el jefe de las misiones a la Argentina, el inglés John Thornton, se encontraron a cenar. Según algunas versiones, habrían empezado a definir la letra chica de la Carta de Intención que debería dar forma al “acuerdo de corto plazo”, como lo llaman ahora. Pero en Economía preferían mantener la cautela que el propio ministro mostró antes de la cena: “Básicamente los quiero escuchar, quiero saber cuáles son sus dudas”, manifestó previamente.
Sea como fuere, ayer, claramente, fue un día de respiro para la delegación argentina que participa de la Asamblea Anual del Fondo Monetario, en Washington.
“La situación en la Argentina es muy seria. Pero ha habido algunas señales alentadoras. Hay mucha más estabilidad en los últimos dos meses en las variables económicas y financieras”, dijo Singh, una declaración a medida de los oídos de Lavagna. “Estamos trabajando intensamente con las autoridades argentinas con el objetivo de lograr un programa económico que mantenga la estabilidad macroeconómica en los próximos seis a doce meses de transición”, agregó.
El Comité Directivo del Fondo, en tanto, emitió un comunicado conciliatorio, después de tanto fuego cruzado con la administración Duhalde. “El comité reconoce los pasos positivos dados en los meses recientes por la Argentina para hacer frente a su difícil situación económica”, sostiene. Mientras que en un tono cuidadoso, insta a “las autoridades, en colaboración con el Fondo, a actuar rápido para alcanzar un acuerdo sobre un programa económico sostenible que pudiera recibir apoyo de las instituciones financieras y sentar las bases para restablecer la estabilidad y el crecimiento”.
Mañana habrá dos reuniones decisivas. Por la mañana, Lavagna y Pignanelli serán recibidos a solas por el secretario del Tesoro, Paul O’Neill. Por la tarde, el tándem argentino se encontrará frente a frente con la pareja fuerte del FMI: Hoerst Köhler y Anne Krueger.