El informe bianual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), denominado “Perspectivas alimentarias”, presentado ayer en Roma, anuncia que la cosecha record de cereales prevista para este año y la reciente disminución en los precios de los alimentos no son más que un espejismo para los países de bajos ingresos, los que no sentirán el cambio en su valor real. “Si se mantienen en 2008/09 las condiciones actuales de volatilidad de los precios, la siembra y la producción podrían verse afectadas hasta el punto de producirse un nuevo aumento de los precios en 2009/10, desencadenando crisis alimentarias aún más graves que las experimentadas recientemente”, declaró Concepción Calpe, una de las autoras del informe.

En 2008, el alza en los precios de cereales y las buenas condiciones climáticas han posibilitado un aumento del 5,3 por ciento de la producción con respecto al año anterior, alza considerada suficiente para cubrir la demanda a corto plazo y que ayudará a reponer las reservas mundiales de alimentos. Sin embargo, en el caso de mantenerse las condiciones actuales de volatilidad en los precios y la producción agrícola, los analistas de la FAO esperan una nueva crisis alimentaria para el 2009 y 2010. Esta afectaría principalmente a los países en desarrollo, por tener una capacidad de respuesta limitada ante un alza en los precios, y tendría un mayor impacto que la sufrida en 2007, sobre la cual se arrojaron cifras escalofriantes con respecto a la desnutrición mundial que acarreó, casi 923 millones de afectados.

La crisis financiera que transitan las economías mundiales también tiene su impacto en el mercado de alimentos, en tanto contribuye en la ampliación de la tendencia bajista de precios y al ajuste en las condiciones crediticias. Por otro lado, la FAO además advierte que existen ciertos desafíos “urgentes” para el mercado alimenticio, en tanto continúen acentuándose las restricciones en materias de agua y tierra, las escasas inversiones en infraestructura rural e investigación agrícola, el cambio climático y el alto costo de los insumos agrícolas. A su vez, agrega que para alimentar a la población mundial del año 2050, que rondaría los 9000 millones de habitantes, la producción debería ser duplicada.