El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, anunció ayer nuevas medidas anticrisis destinadas a las empresas, consistentes en una postergación del cobro de impuestos y un aumento del crédito para exportadores y fabricantes de automotores. Durante una reunión con empresarios y sindicalistas en el palacio presidencial en Brasilia, Mantega anunció la postergación por hasta diez días en el cobro de cuatro impuestos mensuales, con el objetivo de ayudar a las empresas a superar la falta de liquidez y la escasez de crédito provocada por la crisis financiera internacional.

El ministro también anunció que el banco de fomento Bndes recibirá 10.000 millones de reales (4600 millones de dólares) para crédito destinado a exportadoras y que el Banco de Brasil, también público, dispondrá de otros 5000 millones de reales (2300 millones de dólares) para empresas menores. Mantega confirmó además que serán liberados otros 4000 millones de reales destinados a los bancos para líneas de crédito en favor de fabricantes de vehículos, un sector considerado fundamental para la economía y la conservación de empleos.

“Nuestro desafío es impedir que haya esa interrupción del crecimiento de la economía, porque si hay interrupción, se hace luego difícil la reanudación del mismo”, dijo el ministro, y estimó el crecimiento del PIB brasileño para el próximo año en 4 por ciento. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva criticó en la misma reunión la falta de crédito y sugirió que los bancos privados deberían hacer un esfuerzo mayor. El presidente de la Confederación Nacional de la Industria, Armando Monteiro Neto, afirmó que la postergación del pago de los impuestos “tendrá un impacto positivo, principalmente en pequeñas y medianas empresas”.

Una semana atrás, Guido Mantega había pronosticado que la crisis financiera internacional será “de larga duración” y tendrá “una magnitud inédita”. “Vamos a tener un fuerte impacto en la actividad económica, en la economía real, y en el mundo todo va a desacelerar; eso está quedando claro ahora”, sostuvo entonces el ministro, que además se manifestó “impresionado” por la forma en que las trabas con el crédito puede transmitirse “rápidamente” a la economía real. En este contexto, subrayó que está prevista una recesión y hasta una retracción económica que, espera, no se transforme en depresión.

Hablando en un encuentro empresario, el ministro había señalado que “ése es un desafío que tienen los países avanzados. El paquete de medidas adoptadas en Estados Unidos y en Europa sólo mitigó el problema”. Pese a los paquetes de salvataje anunciados por los Estados Unidos y Europa, para Mantega, “el problema de la liquidez no está resuelto y, por tanto, afectará seriamente la economía real”.