“No queremos desconocer una realidad que puede traernos algún tipo de problemas con respecto a los despidos, pero tampoco crear un clima de temor porque hasta el momento, a Dios gracias, no existen despidos masivos.” Con esa frase el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, buscó ayer quitarle dramatismo al impacto que está generando en el país la crisis financiera internacional para no terminar generando una profecía autocumplida. La preocupación del líder sindical, compartida por el Gobierno, es que la población retraiga el gasto por miedo a una recesión y termine provocándola.

Es la segunda vez en una semana que Moyano manifiesta su preocupación por el impacto que puede llegar a generar la crisis. “Observamos que hay especulación de parte de algunos sectores empresarios que quieren hacer aparecer la cosa como más agravada”, había declarado el lunes 3 de noviembre. Ayer, un día después de que el sindicato de mecánicos Smata marchó al Ministerio de Trabajo para protestar por las suspensiones y los despidos en la industria automotriz, el líder sindical volvió a referirse al tema.

Moyano adelantó además que no reclamará que vuelva a implementarse la doble indemnización por despido. “Se había evaluado la posibilidad de pedirla, pero después recordamos en la discusión que tuvimos que se había implementado cuando había 25 por ciento de desocupación, y se dejó sin efecto cuando llegó a menos de 10 por ciento”, afirmó. En realidad, la CGT analizó el tema en una reunión de la “mesa chica” realizada la semana pasada en la delegación Villa Lugano de la Unión Obrera Metalúrgica, pero descartó el pedido no porque la desocupación esté por debajo del 10 por ciento sino para no darles argumentos a las empresas que desean despedir.

Lo que harán, en cambio, es reclamarle al Ministerio de Trabajo que extienda a la mayor cantidad de sectores posible el procedimiento preventivo de crisis, que por ley le permite a la cartera que conduce Carlos Tomada la prohibición de las compañías de despedir o suspender empleados sin justificar una situación de emergencia.

La tranquilidad que intentó transmitir Moyano lo llevó ayer incluso a afirmar que “no ha habido ni suspensiones ni despidos”, cuando el propio Ministerio de Trabajo confirmó que se programaron cientos de suspensiones en las terminales automotrices para estos últimos meses del año.

“Más allá de lo que dicen los medios, concretamente no hay despidos masivos y ojalá que no los haya”, agregó. En este caso, no hay evidencias que desmientan al líder sindical. Los únicos despidos de personal en relación de dependencia fueron los que anunció General Motors en su planta de Santa Fe, pero las cesantías ni siquiera se confirmaron porque la empresa acató la conciliación obligatoria y actualmente negocia con el gremio. Además, el caso de General Motors es especial porque la terminal estadounidense está a punto de quebrar en su país de origen.

En el resto de los casos, lo que se ha confirmado oficialmente hasta ahora son suspensiones (los trabajadores alcanzados por la medida cobran entre el 70 y el 80 por ciento del salario), adelanto de vacaciones, eliminación de horas extras y la no renovación de algunos contratos de trabajadores eventuales. El propio Moyano reconoció esta situación, aunque volvió a remarcar que para él no ha habido suspensiones: “Lo que el gremio sostiene es que en algunos casos no se ha convocado al personal eventual, pero en la planta permanente no ha habido ni suspensiones ni despidos, en algún otro caso ha habido una reducción de horas, en otros casos se está evaluando la posibilidad de rotar las vacaciones”, explicó.