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“No creo que se vayan a comer un paro de 48 horas por diez guitas.” Con estas palabras y sin eufemismos, las estaciones de servicio independientes mantienen la posibilidad de realizar un lockout en cualquier momento, hasta tanto el Gobierno y las petroleras no cierren un acuerdo para que los despachantes reciban una recomposición de su rentabilidad, que se traduciría en diez centavos más por litro de nafta vendida. Para llegar a este número, el ministro de Planificación, Julio De Vido, tiene en estudio más de diez propuestas. Una de ellas es eximir a las bocas de expendio del pago del Impuesto al Cheque, más otros aportes que hagan las petroleras, como el anunciado la semana pasada por YPF. “Las empresas están más dispuestas que al principio del conflicto, cuando no querían saber nada”, aseguraron a este diario desde Planificación. De no llegar a un acuerdo, los estacioneros siguen prometiendo realizar un lockout-paro, junto a los trabajadores del sector, que también reclaman una recomposición salarial.

Las estaciones de servicios embanderadas y blancas reclaman una recomposición de su rentabilidad del 15 por ciento, lo que equivaldría a obtener 20 centavos más por litro de nafta vendida. Las estaciones blancas están negociando con el Gobierno obtener diez centavos ahora y el resto en marzo (lo que promete otra negociación). La pregunta que se hacen es cómo llegar a ese número. Según Fecra, la entidad que nuclea a las estaciones de bandera, De Vido tiene en análisis diez propuestas, de las cuales ninguna le convence por ahora.

Tanto AESI como Fecra integran el Encuentro Multisectorial, aunque cada una defiende –por separado– sus intereses. Desde las estaciones independientes aseguraron a este diario que una de las propuestas sobre las que estaría avanzando el Gobierno es la eximición a las bocas de expendio del pago del Impuesto al Cheque. “El Gobierno está buscando un equilibrio, donde las petroleras cedan un poco de rentabilidad y las estaciones ganen un poco más”, aseveraron a este diario cerca de De Vido.

La ecuación que hacen los estacioneros es la siguiente: tomando como base un precio del litro de combustible a 2,75 pesos, para llegar a esos diez centavos tendría que haber un aumento del 3,6 por ciento por litro vendido. El Gobierno aportaría un 1,2 por ciento con la eximición del Impuesto al Cheque. Por su parte, las petroleras aportarían otro porcentaje igual. YPF anunció la semana pasada que dará 5000 pesos por mes a 350 bocas de expendio, el 20 por ciento de su red. Según AESI, YPF –junto a Petrobras, Esso y Shell, que harían algo similar– extendería el beneficio a más estaciones de servicio, algo que fue negado, de momento, por YPF.

“Con el aporte de las petroleras llegaríamos a 2,4 por ciento. El Gobierno tiene que definir quién pondrá la otra parte. Un aumento de tres centavos por litro en la nafta para los consumidores representaría el 1,2 por ciento restante”, indicó a Página/12 Manuel García, titular de AESI, quien aseguró que la posibilidad del lockout por 48 horas con movilizaciones sigue vigente. A la eventual medida de fuerza se sumarían los trabajadores, que piden una recomposición salarial del 15 por ciento.

La otra disputa que mantienen las estaciones blancas es con las distribuidoras de combustibles, que aplican precios diferenciales en relación a las embanderadas. “La intermediaria Dapsa le cobra el gasoil a las blancas a 2,25 pesos el litro, mientras que YPF lo vende al público a 1,95 peso. Nosotros tendríamos que recibirlo a 1,75 para poder comercializarlo al mismo precio que YPF”, explicó García.

Este es un tema que también está en la agenda de Planificación. Según informaron los empresarios, su objetivo es que las blancas puedan abastecerse directamente de las petroleras o que haya un acuerdo de precios con las distribuidoras.