La prohibición de importar y de comercializar lámparas incandescentes a partir de 2011 quedó formalizada ayer a través de su publicación en el Boletín Oficial. La iniciativa forma parte del Programa de Uso Racional de la Energía Eléctrica que presentó el año pasado la presidenta Cristina Fernández, donde adelantó esta decisión. La intención es que se reemplacen por lámparas de bajo consumo. Pero como estas últimas no se fabrican en el país, se seguirán importando de China y Cuba, lo que generó fuerte resistencia de los fabricantes locales de luminarias, quienes advierten el perjuicio que involucrará a esa industria.

“A partir del 31 de diciembre de 2011 quedará prohibida la importación y comercialización de lámparas incandescentes de uso residencial general en todo el territorio de la República Argentina.” Así de categórica es la norma, que lleva el número 26.473, publicada en el Boletín Oficial. La ley indica además que el Ejecutivo nacional “podrá dictar las medidas necesarias para facilitar la importación de lámparas de bajo consumo, sus partes, insumos, componentes y equipamiento necesario para su producción, reduciendo o liberando de gravámenes y tributos de importación a través de las facultades conferidas en el Código Aduanero”.

Sin embargo, algunas compañías sostienen que la inversión en maquinaria es demasiado costosa para comenzar a producir ese tipo de lámparas en el país.

El año pasado el Gobierno activó el Puree y, junto con las distribuidoras de energía y los municipios, canjearon 5,2 millones de lámparas en 2,6 millones hogares, además de otras 300.000 en edificios de la administración pública. Las lámparas que se distribuyen provienen de China y son importadas desde Cuba. Esta semana y en el marco de la visita de la Presidenta al país caribeño, se acordó la provisión a corto plazo de otras 2,6 millones de lámparas a la Argentina. En tanto, otras 20 millones arribarán al país desde la isla más adelante.