ECONOMíA › ENCUESTA OFICIAL A 145 GRANDES EMPRESAS REALIZADA POR EL CEP
Cómo se acomodaron a la devaluación
Una flamante encuesta sobre 145 grandes empresas realizadas por el Centro de Estudios para la Producción, del ministerio a cargo de Aníbal Fernández, descubre que la devaluación del peso poco sirvió para alentar las ventas externas o para activar el proceso de sustitución de importaciones. El documento elaborado por técnicos oficiales también admite la posibilidad de que los exportadores estén subfacturando sus ventas al exterior para tributar menos impuestos, aunque no cree que ésta sea la única causa por la que Argentina facturó este año por sus operaciones externas 560 millones de dólares de menos.
Según señalan los empresarios consultados por el CEP, hasta el momento la salida de la convertibilidad habría resultado más costosa que beneficiosa, al menos en los dos grandes rubros en los que se focalizó el análisis del Gobierno.
Proveedores. Según opinan la mayor parte de las grandes empresas, la devaluación “perturbó” la tarea de provisión de insumos, básicamente porque se endurecieron las condiciones de pago y muchos precios subieron “mas de lo razonable”. Muchos buscan comprar adentro lo que hasta hace un año importaban. Pero casi el 38 por ciento de los consultados asegura que no pudo encontrar a los proveedores adecuados y gran parte de quienes hicieron ese hallazgo tuvieron que admitir pérdidas de calidad.
“En otras palabras –concluye el informe del Cep–, el proceso de sustitución de importaciones parece ser, en términos agregados, más complejo de lo que podía haberse esperado.”
Más exportaciones. Casi dos tercios de las grandes firmas prevén incrementos en sus exportaciones y un 44,8 por ciento de ellas consideran que aumentaron sus chances de penetrar en nuevos mercados. Pero, paradójicamente, los exportadores se ven forzados a compartir los beneficios de la devaluación con sus clientes, que en una alta proporción (46,2 por ciento) le reclaman reducciones de precios. El otro gran escollo es la falta de crédito para financiar sus operaciones, al punto que el reclamo más contundente para expandir las ventas externas es, justamente, el de más instrumentos de financiamiento.
Aun así, muchas firmas prevén hacer inversiones para desarrollar proyectos exportadores. Pero estas iniciativas están retrasadas a la espera de ver qué es lo que sucede. Lo que el CEP identifica como una actitud de wait and see. Lo que mejora son las perspectivas a tres años vista: el 60 por ciento de las firmas consideran que para entonces sus exportaciones serán “moderadamente” superior a las actuales.
La encuesta cualitativa incluye un punto titulado “aproximación a la subdeclaración de exportaciones”, en el cual el Ministerio de la Producción intenta explicar por qué el precio de las exportaciones argentinas está bastante por debajo de los valores registrados en el mercado internacional.
Una de las razones identificadas es la “dinámica de los precios internacionales”. A raíz de la desaceleración de la economía mundial y del propio comercio, los commodities que vende Argentina se habrían abaratado. Hasta aquí, nada que pueda reprocharse a los empresarios locales.
Pero el trabajo oficial también admite que a este factor se habría sumado la subfacturación de exportaciones. En la búsqueda de evidencias empíricas de este delito, el CEP compara el valor de bienes argentinos con otros internacionales y encuentra que la brecha es especialmente sospechosa en algunos productos como las carnes, pescados y mariscos y la soja, que en el año se abarataron mucho respecto a los de otro origen.