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Las principales empresas de la industria láctea comenzaron a retacear la entrega de algunos productos a las grandes cadenas de comercialización. Así lo reconoció ayer el titular del Centro de la Industria Lechera, Miguel Paulón, quien admitió el faltante de algunos productos aunque negó la posibilidad de que haya problemas de abastecimiento.

Según indicó a Página/12 un representante de los supermercadistas, estos faltantes se enmarcan en la puja salarial que está atravesando el sector alimentario. En este contexto, fuentes empresariales advirtieron que la Secretaría de Comercio podría aplicar “precios máximos”, aunque la versión fue desmentida por industriales y supermercadistas. La situación en el sector lácteo también tomó relevancia por el anuncio de “trabas” a la importación de algunos alimentos.

“La industria láctea no está trabajando a pleno, hay parates por turnos, por eso hay menos entregas y algunos aumentos de precios. Sin embargo, no veo factible que se aplique una política de precios máximos en forma de reprimenda para los empresarios, porque eso sí profundizaría el faltante de productos”, afirmó a este diario un supermercadista.

Desde la industria láctea indicaron a este diario que si el Gobierno llegase a aplicar precios máximos, tendría que hacerlo en toda la cadena, desde el litro de leche que se les paga a los productores, hasta la góndola. La versión de precios máximos surge en un momento donde hay retracción en la entrega de productos (lácteos y azúcar), sumado a una negociación salarial en la industria alimentaria y el anuncio de trabas a las importaciones.