“No hay desabastecimiento de garrafas, el principal problema es que hay mayor demanda que el año pasado, debido al crudo invierno, que ocasiona algunos faltantes en zonas determinadas del país. Pero de ninguna manera puede hablarse de desabastecimiento en los términos en que lo indica la ley.” Así se manifestó en diálogo con Página/12 Osvaldo Spanu, gerente de la Cámara Argentina de Distribuidores de Gas Licuado. Sin embargo, el empresario reconoció que la normalización total de este mercado “llevará tiempo”. Por su parte, el Gobierno recordó que se encuentra vigente una línea telefónica gratuita para que los municipios realicen las denuncias pertinentes en caso de faltantes de las garrafas sociales. Por otro lado, la semana próxima los representantes del sector podrían reunirse nuevamente con Guillermo Moreno, secretario de Comercio, para seguir profundizando los controles de precios.

El mercado del GLP quedó conformado a partir de la privatización de la empresa Gas del Estado, en 1992. A diferencia de lo que ocurre con el gas natural en el tramo del transporte como en la distribución, el GLP no es considerado un servicio público, por lo que su comercialización está ajena a la regulación del Estado. Por eso en 2008 la Secretaría de Energía firmó un convenio con empresas fraccionadoras, distribuidores y comercios para vender garrafas sociales. Los precios se fijaron entre los 16 y 25 pesos, según el tamaño de las garrafas. Para el ministro de Planificación, Julio De Vido, el nudo del conflicto está “en la distribución” y en los que especulan con las necesidades de los sectores más vulnerables.

“El tema es que los distribuidores no quieren entregar garrafas con el precio subsidiado, a lo que se suma la falta de producción. Por eso estos temas deben programarse, tomar precauciones antes de que llegue el invierno. El primer impacto del abastecimiento ya pasó, ahora se está reconstruyendo el mercado, donde las más perjudicadas son las provincias del interior”, indicó a Página/12 Rosario Sica, titular de la Federación de Empresarios de Combustibles.

En Argentina se producen aproximadamente tres millones de toneladas de GLP, el insumo básico de las llamadas garrafas sociales. De este total, el 50 por ciento se exporta, mientras que el consumo residencial es de aproximadamente un millón de toneladas. El resto se vende a la industria petroquímica. La primera conclusión es que en el país hay suficiente GLP para las garrafas, que hoy parecen escasear.

Con la premisa de que las garrafas están, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, instruyó a todos los actores involucrados en la comercialización a tomar las medidas necesarias para que los comercios minoristas vendan las garrafas con los precios acordados en octubre de 2008. Esto ocurrió durante una reunión de la que participaron el secretario ejecutivo del Enargas, Antonio Pronsato, los productores, fraccionadores y distribuidores del sector y el propio Moreno. El Gobierno prometió un nuevo encuentro para la semana próxima.

“Este no es un problema que se resuelva con una reunión. Moreno podrá presionar un poco, pero el mercado de los hidrocarburos es muy complejo. Si hay una baja en las reservas de gas, es lógico que haya faltantes en este tipo de productos”, aseveró a este diario Manuel García, titular de la cámara que nuclea a las estaciones de servicio de bandera blanca.

Por su parte, el interventor del Enargas recordó que ya está vigente la línea telefónica gratuita (0800-666-1518) para que las municipalidades y localidades que tengan inconvenientes en obtener las garrafas puedan hacer las denuncias pertinentes. “En caso de detectar irregularidades, el Estado nacional asegurará en forma inmediata su provisión para la venta en lugares habilitados en condiciones de seguridad”, señaló Pronsato a través de un comunicado.